INGLATERRA, REINO UNIDO. – John-Henry Birtle, de cuatro años de edad, de Newark-on-Trent en Inglaterra, ha sido aclamado como “un chico milagroso” después de sobrevivir al estar bajo el agua sin oxígeno durante 28 minutos.
La familia Birtle estaba de vacaciones cuando John-Henry cayó en una piscina del hotel, informó el Independent. Al parecer, inicialmente nadie había notado que él había caído en el agua. Fue sólo después de algún tiempo que su madre, Roseann, se dio cuenta de que su hijo había caído en la piscina.
Según se informa, saltó al agua y sacó a su hijo. El personal del hotel comenzó a administrar al niño reanimación cardiopulmonar (RCP). Mientras intentaban revivir a John-Henry, Roseann y su esposo Lewis seguían orando a Dios para que salvara a su hijo.
“Estuvimos orando todo el tiempo que ellos le estaba dando RCP, y yo tenía fe que Dios iba a sanarlo”, dijo Roseann al Newark Advertiser. Ella dijo que su hijo “se había ido” durante 28 minutos. El pulso del muchacho no regresó por 20 minutos, lo que significó que técnicamente se había ahogado durante ese tiempo, según The Gospel Herald.
Sin embargo, después del incidente del 26 de febrero, John-Henry pasó 13 días en apoyo vitalicio en el Hospital John Radcliffe de Oxford, antes de ser trasladado al Nottingham Children’s Hospital para recibir tratamiento especializado.
Allí, los médicos les dijeron a sus padres su terrible pronóstico: Debido a la cantidad de tiempo que a John-Henry se le había privado de oxígeno, era poco probable que caminara o hablara de nuevo.
“Los médicos dijeron que no tendría una buena calidad de vida, que no caminaría ni hablaría ni sería capaz de reconocernos”, dijo Roseann.
Pero la pareja Birtle no perdió la fe mientras seguían orando para que ocurriera un milagro. Dios respondió a sus oraciones cinco semanas más tarde, cuando John-Henry salió del hospital recuperado.
John-Henry ahora está comiendo y bebiendo normalmente Roseann dice: “Él es mi chico milagroso”, dijo alegremente su madre.
Roseann le dijo al Newark Advertiser que ella atribuye la curación milagrosa de su hijo a Jesucristo y al trabajo incansable de médicos y enfermeras.
“Los médicos dijeron que no tendría una buena calidad de vida, pero Dios demostró que todos estaban equivocados y salió del hospital cinco semanas más tarde. Se espera que se recupere completamente”.