Ángela iba al lugar donde estaba su carro, pero caminaba atenta pues estaba sola en una calle oscura. “Hasta que, de repente, unos 20 metros por delante de mí, un hombre se detuvo y bloqueó mi camino”, contó a Charisma News.
Ella no percibió de dónde había salido y sintió miedo. “Sus ojos brillaban con amenaza, aunque él estaba sonriendo para mí, llevaba un asador de cuero marrón y lo abrió, como si me mostrara que no tenía armas, él comenzó a caminar en mi dirección”, relata.
“No había nadie más cerca, ningún carro estaba pasando, hasta las luces de la calle parecían débiles, y de repente percibí cómo la noche era oscura”, Ángela recuerda. “Yo pensé conmigo mismo: ¡Corre, pero no hice nada más que estar parada, congelada en mi propio estado de shock, viendo a este hombre sonreír para mí”.
Cuando imaginaba lo peor, Ángela vio a otro hombre surgir repentinamente. “Yo pensé: ¿de dónde venía? No había nada más que una pared de ladrillos al frente. Él colocó los brazos en los hombros del otro hombre, y dijo bajito: ‘Usted no quiere hacer eso’, mientras empujaba al hombre contra la pared”, recuerda.
Movida por sus instintos de supervivencia, Ángela salió corriendo hacia el estacionamiento. Curiosa para saber el desenlace de la situación, ella resolvió mirar hacia atrás. “No había nada en ese espacio más allá de una calzada vacía”, dijo ella, sorprendida. “Miré a todos los lugares que podrían haber ido, pero la única salida podría ser la calle, y no había nadie allí”.
Sintiendo miedo de investigar el paradero de los hombres, Ángela entró en su carro. “Me senté un poco, respirando con dificultad, y me acordé de los ojos de aquel hombre, nunca vi el rostro del otro hombre, estaba de espaldas a mí, pero su voz era tan tranquila”, cuenta la autora.
Momentos después, Ángela fue tomada por la certeza de que había sido librada por un ángel. “Mientras yo conducía por la noche, creía con todas las fuerzas que había visto a mi primer ángel”, dijo. “¿Quién era el otro hombre, quién podría saber?”.