ISRAEL. – El montaje del templo se convirtió en el escenario de las tensiones entre israelíes y palestinos musulmanes después que decidieron construir una nueva mezquita en la estructura de la Puerta Dorada, una de las ocho puertas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
La estructura fue abierta por palestinos el pasado viernes para ser reformada y transformada en una mezquita islámica. Después de las protestas violentas el domingo (24), la policía israelí detuvo a dos representantes importantes de la Waqf islámico, entidad encargada de administrar los edificios musulmanes en el Monte del Templo.
El lunes, autoridades del gobierno de Israel dijeron que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, emitió una orden para remover los objetos musulmanes y prohibir el culto en el lugar.
Después de la Guerra de los Seis Días, sólo había una mezquita en el Monte del Templo, la Mezquita de Al-Aqsa (Domo de la Roca), caracterizada por su cúpula plateada. En la década de 1970, el Domo da Roca, también pasó a ser utilizado como una mezquita los viernes. En la década de 1990, otras dos mezquitas fueron certificadas, incluyendo la Puerta Dorada, aunque la estructura aún estaba controlada por Israel.
En 2005, la Puerta Dorada fue cerrada por Israel tras descubrir que una organización vinculada a Hamas estaba operando en el lugar. Si Israel no revierte la acción de los palestinos, el número de mezquitas en el Monte del Templo ascenderán a cinco.
Significado profético
La Puerta Dorada permitía pasar directamente al lugar exacto donde estaba el Templo de Salomón. Ella fue cerrada en 1541 por orden del sultán otomano Solimán (Süleyman), el Magnífico, porque, según las profecías del Antiguo Testamento, esa sería la puerta que el Mesías va a utilizar para entrar a Jerusalén.
Los musulmanes crearon un cementerio fuera de la puerta para evitar el paso del Mesías, ya que los sacerdotes judíos se vuelven impuros al acercarse a los muertos.
Lo que los judíos y los musulmanes no saben, sin embargo, es que el Mesías ya pasó por la Puerta Dorada. Mucho antes de ser sellada por los otomanos, Jesucristo entró por la puerta en Jerusalén alrededor del 30 a.C., en el episodio conocido como “Entrada Triunfal”.
Según los Evangelios, Jesús venía del Monte de los Olivos hacia Jerusalén, montado en un pollino, cuando el pueblo echó mantos en el suelo, así como pequeñas ramas de árboles, para recibirlo.