La Alianza Evangélica de Nicaragua (AEN), ha contemplado la idea de reanudar los servicios religiosos en las diferentes iglesias, pese a que los epidemiólogos crean que el país ha llegado al pico de la pandemia.
Al parecer, las iglesias de diferentes cultos volverían a sus actividades por temor a la represión del gobierno.
Según un líder cristiano, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, negó la presencia del COVID-19 en el país y obligó a los funcionarios públicos a participar en una marcha política, denominada “Amor en tiempos del COVID-19”.
No obstante, algunos líderes aseguran que el virus no los alcanzará si continúan orando, por esta razón algunas iglesias decidieron no cerrar sus puertas y seguir prestando el servicio de adoración.
“La iglesia evangélica siempre ha reaccionado según lo que propone la dictadura, sin desobedecer ni inventar nada más. Incluso sus declaraciones públicas están escritas con sumo cuidado. Algunos pastores coincidieron con el presidente Ortega, cuando dijo que primero protegería la economía sobre todo y no impondría una cuarentena”, manifestó un habitante.
Ante esta situación, los pastores han expresado sus puntos de vista aún si van en contra de las decisiones de los funcionarios del gobierno.
“La iglesia evangélica no levanta la voz para denunciar. Nunca lo hizo antes ni ahora durante la pandemia; no se siente capacitada para hacerlo y tiene miedo de ser atacada”, explicó un líder.
Según las fuentes, el liderazgo de Ortega ha sido duro con las personas que no están de acuerdo con su acción.
En abril de 2019, cerca de 11 iglesias y 19 líderes cristianos fueron atacados por la policía y partidarios del gobierno.
“En lugar de promover programas de seguridad y prevención, lo que ha estado haciendo el gobierno es liderar manifestaciones y actividades masivas en todo el país”, contempla Open Doors.
Según la institución, 44 pastores afiliados murieron por el coronavirus entre el 12 de abril y el 15 de junio.
