Un niño de 11 años continúa estudios en una universidad, con el objetivo de convertirse en astrofísico, para demostrar a los científicos que Dios realmente existe.
William Maillis, en una edad en la que la mayoría de los niños pasan demasiado tiempo en deporte y otros pasatiempos, él se dedica a los estudios para llegar a ser un astrofísico. El muchacho terminó la secundaria a los 9 años y comenzó a estudiar en la Carnegie Mellon University de Pensilvania.
Criado en una familia cristiana, el chico no está de acuerdo con las teorías defendidas por Albert Einstein o Stephen Hawking, que murió en su casa en Inglaterra. William quiere probar que la única fuerza capaz de crear el universo, es Dios.
De acuerdo con su padre, Peter Maillis, aunque su hijo sea empeñado en los estudios, es un niño normal. "Usted no puede diferenciarlo de otros niños de 11 años de edad. A él le gustan los deportes, los programas de televisión, ordenadores y videojuegos como todos los demás", explica.
Cuando se le preguntó sobre su sueño, el niño prodigio no dudó en su respuesta. "Quiero ser un astrofísico para que pueda probar al mundo científico que Dios existe", dijo en una entrevista con la Escuela de Teología de la Facultad Helénica.
Cuando se le preguntó por qué sintió la necesidad de probarlo a los científicos, su respuesta fue aún más profunda.
"Los ateos intentan decir que no hay Dios cuando en realidad, se necesita más fe para creer que no hay Dios que creer que existe un Dios. Porque tiene más sentido que algo ha creado el universo, de que el universo se ha creado solo. Se necesita más fe para decir que el universo se creó a sí mismo que decir que algo creó el universo, porque eso es más lógico".