Un pastor pentecostal de las Asambleas de Dios, en Brasil, asegura que las danzas, saltos y giros que se presentan en los cultos no son manifestaciones del Espíritu Santo, en realidad son emociones y expresiones humanas.
Elinaldo Renovato de Lima, el pastor de las Asambleas de Dios en Paranamirin, explicó durante uno de sus sermones más populares que la llamada “danza en el Espíritu” conocida por sus saltos, giros y gritos, carece de argumentos y bases bíblicas.
Este señalamiento ha generado incomodidad y criticas dentro del cuerpo evangélico, sobre todo porque el pastor es de nominación “pentecostal”, y dentro de la Iglesia esta práctica de danzar es un poco común.
El pastor dice que estas danzas se dan producto del “emocionalismo” y la misma carne que hay dentro de la iglesia y además, por qué los creyentes permanecen como “niños” en la fe sin experimentar una maduración necesaria.
Para este argumento citó una de las cartas del apóstol Pablo, en 1 Corintios 13:11 “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño”.
Él explica que hay creyentes que a pesar de su avanzada edad dentro de la iglesia todavía permanecen en el jardín de infantes, intentando explicar qué muchos evangélicos practican costumbres de giros y saltos tan sólo porque no han madurado lo suficiente.
La denominada “danza en el espíritu”, manifiesta un descontrol emocional del creyente con el objetivo de exhibirse y hacerse notorio dentro del lugar de pertenencia y generado por el emocionalismo sin ningún tipo de vinculación con lo espiritual.
El pastor quien ha leído la Biblia en su totalidad unas 43 veces, asegura que nunca ha encontrado una base bíblica que sostenga esta práctica.
También retó a aquellos que no comparten su argumento, a que prueben a la luz de la Biblia esta costumbre que abraza la iglesia pentecostal.