QARYATAYN, SIRIA.- Enfurecido tras seis años de guerra en Siria, el grupo extremista Estado Islámico (EI) intentó dar una demostración de fuerza e invadió una ciudad predominantemente cristiana en los últimos días.
“Ellos nos atacaron como animales, ellos vinieron sólo para matarnos”, lamentó uno de los moradores de Qaryatayn, que no quiso revelar su nombre. El domingo, las tropas del gobierno sirio recapturaron a Qaryatayn de los jihadistas del Estado Islámico.
Pero antes de retirarse completamente de la ciudad, los terroristas cometieron una masacre. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, reveló que, en total, murieron 128 cristianos.
“Estas son personas que no conocen a Dios, no saben nada”, dijo un residente de la ciudad. “Ellos mataron a niños y mujeres con cuchillos, golpearon a las mujeres, rompieron sus brazos y las quemaron”, dijo.
Los soldados sirios, apoyados por Rusia, recuperaron el control de la ciudad, que estaba bajo control del Estado Islámico. Miles de cristianos residentes de la ciudad huyeron. La crisis humanitaria en la región continúa, pero el Estado Islámico puede estar cerca del final, ya que controlan hoy sólo cerca del 10% del territorio que tenían en 2014, cuando declararon el califato.
Según informes, la mayoría de los jihadistas extranjeros volvieron a sus casas, lo que puede resultar en nuevos atentados de simpatizantes en suelo europeo.