CAMBOYA.- La mujer que dirigió un centro de tortura en el tiempo de la dictadura comunista, fue bautizada por un pastor que estuvo preso en ese establecimiento, por no negar su fe en Jesús.
El gobierno comunista se instaló en Camboya en 1963 y duró hasta 1981, siendo su mayor exponente el dictador Pol Pot, que mantuvo operativo los llamados "campos de exterminio", lugares donde eran llevados los opositores al gobierno y allí realizaban trabajos forzados. Se estima que más de dos millones de personas, fueron encarceladas, torturadas y muertas por el régimen en esos lugares.
Ahora que Camboya finalmente consiguió instalar tribunales para juzgar a los miembros de ese gobierno dictatorial, acusados de por crímenes contra la humanidad, las historias de vida de los guerrilleros han sido reveladas.
Im Chaem, hoy con 75 años, supervisó uno de los campos de exterminio en la década de 1970. Al hablar a la prensa sobre el juicio, contó que está arrepentida de haber participado en el pastido comunista. La mujer ex-budista, se convirtió recientemente al cristianismo. Lo más impresionante es que fue a través de la vida de un hombre que sobrevivió al campo de trabajo forzado que ella supervisó.
El año pasado, Chaem compareció ante el tribunal supervisado por la ONU. Los fiscales la acusaban de ser responsables de la muerte de unas 500.000 personas, mientras que se desempeñaba como la jefa de distrito en la provincia de Banteay Meancheay. Sin embargo, los jueces consideraron que no tuvo un papel directo en la muerte de las personas en los campos que supervisaba. La decisión causó polémica en el país.
"Yo fui redimida", dijo "La gente me acusó de haber matado. Eso es incorrecto. Yo nunca he usado violencia, ni amenacé a nadie. Yo no soy culpable de esas acusaciones.
Nacida de nuevo por la fe en Jesús, Im Chaem fue bautizada recientemente- Ella y otros miembros de su familia, frecuentan una pequeña congregación evangélica en la aldea de O'Angre.
El pastor Christopher LaPel, fundador de la Iglesia Cristiana de Camboya, que incluye varias congregaciones en el noroeste del país, fue quien evangelizó a Im Chaem y a su familia.
Fue arrestado a finales de la década de 1979 por no negar su fe y enviado al campo de trabajos forzados en la región de Trapeang Thma. Allí, entre otras cosas, tuvieron que construir una represa. Sin herramientas adecuadas, cuenta que cavaban con las manos.
"Aunque muchas personas la odien, yo la amo", dijo el pastor. "La señora Im Chaem recibió a Jesucristo como su Salvador después de escuchar el Evangelio", recuerda el pastor, añadiendo que "su esposo e hijos también se convirtieron".
LaPel también aseguró que otros ex compañeros de la mujer han entregado sus vidas a Cristo, que dan testimonio de cómo Dios los cambió, pues antes nunca pudieron conocer el verdadero sentido de las palabras 'paz' y 'amor'.
"Ella vivió por mucho tiempo una vida vacía y sin dirección", asegura el pastor. "Cuando tomó esa decisión, entendió que sólo Jesús podía darle esperanza y perdonar sus pecados".