EE.UU.- La primera vez que el pastor D.J. Soto usó gafas de realidad virtual Rift en 2016, y el cybermundo que él estaba visitando, AltSpaceVR, tenía sólo un año de haber sido fundada. Una especie de red social, el programa permite a sus usuarios crear espacios en 2-D y 3-D que pueden ser explorados con el equipo correcto.
Soto dice que inmediatamente vio que allí estaba el futuro. Después de estudiar sobre programación, fundó la VR Church (Iglesia de la Realidad Virtual), que en poco tiempo comenzó a atraer todo tipo de curiosos, incluyendo ateos.
Decidió abandonar el cargo como uno de los pastores de una mega iglesia en Reading, Pensilvania, y pasó a dedicarse a la creación de un nuevo tipo de iglesia, que él considera esencial para presentar al mayor número posible de personas el amor de Dios. Según Soto, las Escrituras mandan que los hombres alcancen hasta los rincones más alejados del mundo, llamando a los pecadores al arrepentimiento. Pero el cristianismo, argumenta, está paralizado en esta misión. La mayoría de los pastores que él conocía estaban felices de predicar sólo para aquellos que entran en las puertas de sus templo los domingos.
El pastor Soto dice sentirse llamado a ser un “apóstol” de ese nuevo mundo (virtual) y desde noviembre de 2017 él y su esposa, Kari, decidieron radicalizarse. Vendieron su casa y la mayoría de sus pertenencias y colocaron a sus cinco hijos pequeños en un remolque. Pasó a visitar iglesias y atender a todos los que tenían interés en esta nueva herramienta de evangelización. Sin embargo, no consiguió muchos adeptos.
Al percibir que aumentaba el número de personas que preferían acompañar los cultos desde sus casas, por internet a través de Youtube o de Facebook, él invirtió todo en la creación de una iglesia dentro del AltSpaceVR. Para él, el mundo digital puede ofrecer el mismo tipo de comunión con Dios y con los hermanos que en los cultos convencionales.
Los primeros sermones que predicó en la iglesia virtual no atrajeron más que una docena de personas. A veces, la sala virtual que utilizaba en AltSpaceVR estaba vacía. A él no le importó y siguió adelante. Recientemente, percibió que las reuniones atraen a no religiosos, incluyendo personas que se dicen ateos, pero que lo buscan hablar abiertamente sobre su propia fe (o falta de ella).
Soto cree que esas personas nunca se sintieron a gusto para entrar en un templo, pero lo hacen en el AltSpaceVR. La apuesta del pastor es que la realidad virtual se hará cada vez más popular con el lanzamiento de nuevos modelos de celular que ofrecerán esa opción. Las gafas ya han experimentado una gran caída en el precio y están mucho más accesibles que hace dos años, cuando los primeros modelos del Rift fueron lanzados.
Como todos los pioneros, Soto se enfrenta a obstáculos. Para que su Iglesia RV sobreviva, él está explorando como alternativas plataformas de realidad virtual más recientes, como Sansar y High Fidelity. Pero él está confiado.
Idea por todo el mundo virtual …
De acuerdo con una encuesta de la Universidad Baylor de 2017, cerca del 45% de los usuarios usan internet para acceder al contenido religioso y espiritual. “Los cristianos se adaptaron en general a todas las tecnologías que surgieron, en particular las que tenían como objetivo facilitar la comunicación”, dice Robert Geraci, estudioso de la religión y autor de Virtually Sacred: Myth and Meaning [Virtualmente Sagrado: Mito y Sentido]. A pesar de las afinidades históricas, el cristianismo y la tecnología no siempre estuvieron en armonía. Nuevas tecnologías desafiaron las jerarquías de la iglesia. La prensa, por ejemplo, permitió que las enseñanzas reformistas se extendieran, desafiando la autoridad de la Iglesia Católica Romana.
La idea de una iglesia en realidad virtual popularizada ya preocupa a pastores más tradicionales. “En el mundo virtual la identidad es fluida”, dice Neal Locke, un pastor presbiteriano que escribe sobre religión y realidad virtual. “Las personas que pasan el tiempo en mundos virtuales son, por definición, exploradores, entonces es probable que busquen interactuar con personas y lugares que difieren de su experiencia en la vida real. Es un lugar de explotación, no de compromiso”, afirma.
Para la Iglesia Católica, la realidad virtual presenta problemas más graves. La iglesia reconoce siete sacramentos, ceremonias religiosas que incluyen el bautismo y la eucaristía, donde los seguidores consumen pan y vino que fueron “transubstanciados” en el cuerpo y en la sangre de Jesús. La eucaristía es un aspecto central de la masa. Pero en 2002, el Vaticano declaró oficialmente que no podría haber sacramentos virtuales. “La realidad virtual no puede sustituir la presencia real de Cristo en la Eucaristía”, dice el documento de la Santa Sede. “Los sacramentos en Internet no existen.
Soto cree que eso no le molesta, pues por la tradición para la Iglesia Protestante, los sacramentos son simbólicos. En su opinión, las lagunas y arroyos en AltSpaceVR pueden ser un lugar perfecto para sumergir un avatar en las aguas del bautismo. Pero él sabe que esta idea hace incomodar a muchos de sus colegas y debe generar mucho debate hasta que se llegue a un consenso. Mientras tanto él continúa viajando por el país, visitando pastores y ofreciendo apoyo para plantadores de iglesias en RV.
El pastor también explora diferentes oportunidades. Se alió a Brian Leupold, un programador cristiano que creó la primera aplicación de la Biblia en realidad virtual. El proyecto, se alió a Alistair Clarkson, que también es programador y cristiano. El objetivo es recrear, en realidad virtual, historias bíblicas como la lucha de David y Goliat y Moisés abriendo el Mar Rojo. Para ellos, ese es el camino para cumplir el “id por todo el mundo”, virtual o no.
[ Fuente: Wired]