Un pastor identificado como Veerendar Kumar, perteneciente a una iglesia ubicada en Maholia, en la India, fue obligado a cerrar el templo luego de recibir constantes amenazas de muerte provenientes de un grupo de insurgentes hindúes.
El líder religioso dirigía una congregación de iglesias en casas en el pueblo, a la que asistían un promedio de 30 cristianos regularmente durante para celebrar la adoración dominical.
Desafortunadamente, este cierre es parte de un patrón más amplio donde las iglesias en casas están siendo hostigadas por nacionalistas hindúes radicales y clausuradas por las autoridades del gobierno local.
Tres personas que afirmaban ser líderes del grupo hindú Vahini irrumpieron en la iglesia mientras el servicio de adoración continuaba. Los tres hombres comenzaron a gritarle al pastor, usando lenguaje abusivo.
“Primero me interrogaron y luego me dijeron que soy extranjero ” , comentó el pastor Kumar a International Christian Concern (ICC).
“ Dijeron que no tengo derecho a vivir en India y también me dijeron que me echarían de la aldea o me matarían si continuaba rezando. “
” Al día siguiente, más de 40 personas vinieron a la iglesia y esta vez vinieron a golpearme “.
“ Por la gracia de Dios no estuve presente en la iglesia. Sin embargo, los miembros de la iglesia me dijeron que había una situación peligrosa y que no debía ir a esa aldea para evitar un posible ataque”.
Según los cristianos locales en la aldea de Maholi, la policía también visitó la iglesia varias veces. Estos cristianos sospechan que estas visitas policiales fueron un esfuerzo por detener al pastor Kumar.
Desde el incidente, los cristianos de la aldea de Maholi no se reunen más para adorar porque hacerlo está prohibido en esta localidad. El pastor Kumar, que vive en una aldea ubicada a 12 millas de distancia, tampoco ha logrado retornar a la aldea de Maholi por temor a ser atacado o arrestado.
En las últimas semanas, muchos pastores locales reportan historias similares de acoso, así como falsas acusaciones de crímenes religiosos utilizados por radicales para forzar el cierre de las iglesias que funcionan desde las casas.