Un pastor de Staffordshire, Reino Unido, se convirtió en un repartidor de pizzas para recaudar fondos para su banco de alimentos local, en medio de la emergencia sanitaria ocasionada por el coronavirus.
Durante la cuarentena, muchas familias se quedaron en dificultades financieras como resultado de la crisis ocasionada por esta pandemia, informó Premier.
El banco de alimentos Renew Church, en Uttoxeter, experimenta un aumento en la demanda de personas que usan el servicio producto de la cuarentena sanitaria, según el pastor principal de la iglesia, Matthew Murray.
El pastor Murray decidió solicitar un trabajo como repartidor de pizzas en su tienda local de kebab Sergeant Peppers, en un esfuerzo por ayudar a la organización benéfica.
Comentó a medios locales que la idea de asumir el papel y donar sus ganancias al banco de alimentos “le cayó como un rayo del cielo”.
Fue la mejor oportunidad como una forma ideal de acercarse y servir a su comunidad.
“Nuestras tarifas [en el banco de alimentos] se han disparado. Creo que hemos distribuido más de 1,000 comidas en solo un par de semanas, lo que – En una ciudad de clase media como Uttoxeter – es extremadamente inusual “, explicó Murray.
“Es un privilegio y un placer que, en los momentos de oscuridad, los cristianos puedan hacer brillar la luz. Entonces, pensé que iba a donar todo mi salario a la iglesia, no necesito el dinero. Entonces puedo ayudar a otras personas.”
El líder espiritual dice que además de poder dar a la caridad, su nuevo empleo le permite mantenerse conectado con su congregación.
“La gente de nuestra iglesia llamará a la pizzería y hará un pedido y me solicitará que lo entregue.
“Solo los veo por unos minutos y les digo ‘Estoy orando por ustedes, ¿cómo les va?’ Es una buena manera de mantenerse en contacto con nuestra familia de la iglesia”, comentó.
“Soy pastor, así que es mi trabajo cuidar a las personas”, expresó.
Durante las entregas, Murray también tiene la oportunidad de compartir el amor de Dios con su comunidad.
Explicó que escucha a los que están luchando, ora por los atribulados y comparte el amor de Jesús con sus clientes.
“Creo que esta es una oportunidad para mí de llevar el evangelio a la gente o al menos traer algún tipo de esperanza a la gente en estos tiempos”, concluyó.