NAIROBI, KENIA.- Una idea que podría ser peligrosa, pero que acabó dando muy bien. Quien trabaja durante la semana y no tiene condiciones de ir a la iglesia en días laborables está aprovechando los viajes en tren para tener un buen momento con Dios.
Es que un grupo de cristianos está haciendo una verdadera revolución en Nairobi, capital de Kenia. A lo largo de los últimos años, predicadores locales se reúnen como congregación en el tren que sale de Ruiru a Nairobi, con cientos de hambrientos por el Evangelio.
Alabar, cantar, bailar y orar son acciones comunes en los vagones. Jane Wanjiru es una de las que toma el tren cada día. Ella dice que es una gran alternativa para aquellos que no pueden asistir a la iglesia durante la semana. “En este caso, la hermandad en el tren se convierte en una buena alternativa”, dijo.
La acción ha resultado en relatos de muchas curaciones y encuentros con Cristo, con conversiones y personas que están llegando a la fe. “Muchos han sido ayudados a resolver sus problemas, la gente siempre ora por los enfermos, también oramos por los desempleados, algunos volvieron a decir que vieron un avance”, dijo el pastor Michael Mbogo, que comenzó a predicar en el tren hace cinco años.
“Eso abrió puertas para mí, pues ahora me siento una persona mejor aquí y también en mi ambiente de trabajo”, dijo un contador que toma el tren con cierta frecuencia. “La predicación me ayuda a relajarme”, dijo otro. “Si yo estuviera rencoroso en el trabajo, después de un sermón puedo perdonar con mucho más facilidad”, añadió.
El pastor Michael Mbogo todavía resalta: “Yo creía que mi predicación podría ayudar a esas personas de alguna manera”, dijo. “Al principio, yo tenía miedo de que las autoridades me expulsaran, pero cuando la gente empezó a unirse al culto, el gobierno también pasó a aceptar nuestras celebraciones“, comentó.
El viaje dura alrededor de una hora. Dentro de ese tiempo, alaban a Dios y oyen un sermón preparado por los pastores que se turnan. A medida que el tren toma pasajeros en barrios de clase media, la congregación participa en el culto.
Son nueve pastores que ministran a los pasajeros, en momentos diferentes. Muchos de ellos están sin trabajo, buscando empleo. Otros pasajeros trabajan como funcionarios públicos, comerciantes o trabajadores temporales.
Algunos de los pasajeros abren sus biblias para leer juntos. Otros buscan los pasajes por el celular. Algunos pastores tratan de programar sus predicaciones para que no predicar en el mismo vagón al mismo tiempo. El objetivo es alcanzar el máximo de pasajeros. Los predicadores decidieron que no tendrían una oferta a bordo para no sobrecargar aún más a los pasajeros que ya están luchando para ganar un salario digno.