EE.UU.- Aunque la fecha no está oficialmente reconocida en varios países, a los ateos se les permitió celebrar el pasado 30 de septiembre, el “Día de los Derechos Internacionales de Blasfemar”. Además de celebrar su libertad de expresión, sostienen que el derecho internacional castiga a los que critican la religión.
Activistas del Centro de Investigación, una organización que promueve los derechos de los ateos, argumentan que todas las personas tienen los mismos derechos, entonces también podrían criticar las creencias de los demás sin ser castigados.
Su principal argumento es que la libertad de expresión es la base de todas las demás libertades individuales.
Diferentes grupos vienen promoviendo el “Día de la Blasfemia”, anualmente desde 2009. La fecha del 30 de septiembre fue elegida como un recordatorio del día en que un periódico danés publicó caricaturas de Mahoma, generando graves conflictos después que líderes musulmanes de todo el mundo clasificaron la iniciativa de “blasfemia”.
Movimiento universitario
Los estudiantes universitarios de la Universidad de Illinois, EE.UU., hicieron un “muro de blasfemia”, donde todo el mundo podía escribir insultos a cualquier dios.
En otras ocasiones, ofreciendo a los cristianos la oportunidad de “apedrearlos” durante un acto público. Usaron para eso los versículos del Antiguo Testamento que habla de castigar de esta manera a los que se vuelven contra el Señor.
En el manifiesto hecho por ellos en Internet dice lo siguiente: “En muchos países de todo el mundo, criticar a la religión es ilegal. Hemos visto las consecuencias de estas leyes absurdas a menudo. Cuando alguien escribe un tweet o un mensaje de Facebook para declarar su ateísmo o cuestionar un dogma religioso, puede terminar en la cárcel, ser golpeado, y a veces muerto por eso”.
Recordó los recientes casos de homicidios de los ateos en Bangladesh y repitieron el viejo discurso que el mundo sería un lugar mejor si no existieran las religiones. La página oficial de Facebook para el Día Internacional de los Derechos de Blasfemar, reúne historias de varias personas que también fueron castigadas de alguna manera por criticar o hacer algo que va en contra de la religión dominante en sus respectivos países.
Uno de los casos más recientes es del bloguero ruso Ruslan Sokolovsky, condenado a prisión por hasta cinco años por jugar Pokemon Go dentro de una iglesia en Rusia. A los 20 años de edad, va a responder ante un tribunal por “incitación al odio y de ataque contra la libertad religiosa”.
Curiosamente, los ateos militantes no mencionan que en muchos países las convicciones de las llamadas leyes de blasfemia son más comunes contra los cristianos que contra los ateos. En la mayoría de los casos se aplican a las personas que abandonaron el islam por poner su fe en Jesús.