El arminianismo es una doctrina teológica cristiana fundada por Jacobus Arminius en la Holanda de comienzos del siglo XVII, a partir de la impugnación del dogma calvinista de la doble predestinación.
Sustenta la salvación en la fe del hombre y no sólo en la gracia divina; de modo que si el hombre pierde la fe, pierde la salvación. Frente al concepto calvinista de predestinación (o "elección") opone el concepto de la preciencia de Dios, a quien su simultaneidad en el tiempo le da conocimiento previo de quién se salva y quien no se salva, mientras que la voluntad del hombre (que no puede tener tal simultaneidad y conocimiento) es libre para aceptar a Cristo y someterse a la ley de Dios o rechazarlos. Los arminianos daban especial importancia al libre albedrío, y la doctrina encontró adeptos entre la burguesía mercantil y republicana de los Países Bajos.
Después de la muerte de Arminius (1609), sus principios se formularon en el manifiesto de cinco puntos Remosntrans, publicado en 1610 (por lo que sus seguidores también pasaron a denominarse "remonstrantes").
Detalles históricos
En 1618 el arminianismo fue condenado por el sínodo de Dort o de Dordrecht, convocado a instancias del estatúder de Holanda Mauricio de Nassau, que apoyaba a los calvinistas intransigentes y monárquicos (Franciscus Gomarus y los denominados "gomaristas" o "contra-remonstrantes"). Johan van Oldenbarnevelt y otros dirigentes principales del arminianismo fueron entonces ejecutados, mientras que otros muchos, entre los que se encontraban Hugo Grocio y Simón Episcopius, tuvieron que exiliarse.
La teología arminiana contribuyó a la aparición del metodismo en Inglaterra. No todos los predicadores metodistas del siglo XVIII fueron arminianos, pero sí la mayor parte, como el propio John Wesley.