RUANDA, ÁFRICA.- Cerca de 8.000 iglesias fueron cerradas en Ruanda por no cumplir con nuevas regulaciones de “salud, seguridad y contaminación sonora”. Esto incluye aproximadamente el 40% de las congregaciones que pertenecen a una asociación nacional de iglesias pentecostales.
A partir del 27 de julio los pastores necesitan tener un diploma de teología de una escuela acreditada. Según la nueva ley, los líderes de la Iglesia están prohibidos de pedir que los fieles hagan ayuno por largos períodos – comparados con los 40 días de Jesús en el desierto.
Las autoridades afirman que esto es una forma de hacer que las personas pasen hambre.
Para los evangélicos, sería una forma de restricción a la libertad de culto. Pero algunos pastores están públicamente defendiendo que es una directriz del gobierno y que los cristianos no deberían “oponerse a las autoridades”.
Otro aspecto controvertido de la ley del pequeño país de África Central es la exigencia que las iglesias registren sus “fuentes de financiamiento”, forzándolas a abrir las cuentas bancarias.
Se teme que pueda haber la imposición de un “límite” para diezmos y donaciones. El argumento central es que hay “mal uso” del dinero por parte de los pastores que piden ofertas en la radio y en la televisión.
El Consejo de las Iglesias Protestantes de Ruanda llegó a “declarar la guerra” a esos “malos pastores”, lo que fortaleció los argumentos del gobierno.
“El gobierno se enfada cuando alguien comienza a predicar la llamada “teología de la prosperidad” y muchos predicadores africanos están imitando lo que se ve en la televisión estadounidense y en YouTube”, explica Charles Mugisha, fundador y rector del África College of theology. “El gobierno quiere convertirse en protector de sus ciudadanos para evitar que una iglesia o predicador comience a manipularlos”.
Anastase Shyaka, jefe del Consejo de Gobernanza de Ruanda (RGB), órgano encargado de regular las organizaciones religiosas, insiste en que el gobierno no está mirando en las iglesias. Refuerza que hay líderes religiosos ruandeses que “insultan a las otras religiones” y “obligan a los seguidores a ayunar hasta casi morir de hambre”.
La Asociación de Iglesias Pentecostales de Ruanda tuvo 1.381 de sus 3.300 congregaciones cerradas. El pastor Charles Ndimubayo, líder de la asociación en la región norte, argumenta que 300 fueron reabiertos después de reformas para cumplir las nuevas exigencias, que incluía la instalación de para-rayos.
Algunos pastores de la asociación protestan contra la nueva ley, diciendo que predicar es un llamado y no necesariamente algo que se aprende en la escuela. “Jesús fue un predicador de éxito, pero no tenía diploma en teología como exige nuestro gobierno. Algunos de los discípulos eran simples pescadores”, recuerda el líder de una de las muchas iglesias pentecostales en Kigali, que no quiso ser identificado.
[ Fuente: Christianity Today ]