ISRAEL. – El Lago Kinneret, también llamado Mar de Galilea en el Nuevo Testamento, presenta una constante caída en su nivel. En cuanto al año 2004, cayó seis metros y corre el riesgo de desaparecer por haber sufrido cinco años de sequía y exceso de bombeo.
La sequía pone en peligro la mayor reserva de agua de Israel, porque va a disminuir el flujo que va hacia el río Jordán y el Mar Muerto, si no se toma una providencia.
Además, debe comprometer el turismo de la región, que cuenta con millones de visitantes cristianos cada año.
Israel ve una solución en la desalinización, en la que es un líder mundial. El país planea doblar la cantidad de agua del Mediterráneo para luego canalizar la mitad de ella hacia el Mar de Galilea, que está a una distancia de 75 kilómetros.
Los israelíes esperan que las lluvias de invierno mantengan el lago por encima del nivel actual, hasta que la primera agua desalinizada se introduzca el año que viene.
Rabino habían orado por fin de sequía
En enero de este año en el Muro de Lamentaciones, el ministro de Agricultura de Israel se había reunido con rabinos importantes para convocar una oración especial por la lluvia, en se momento Israel venía enfrentando la peor sequía de las últimas décadas.
En 2017, los niveles de precipitación fueron sólo el 45% de lo esperado.
Hace cuatro años Israel enfrentó escasez hídrica intensa, lo que ha sobrecargado su red de plantas de desalinización de agua de mar y de tratamiento de aguas residuales. Esto acabó sofocando las regiones más fértiles y trayendo amenazas de desabastecimiento.
En la ocasión, el rabino jefe de Israel, David Lau, solicitó oraciones de judíos y cristianos en todo el mundo para que la sequía llegara a su fin.
En el primer día de 2018, el país tuvo lluvias torrenciales de norte a sur. La previsión era que siguiera lloviendo bastante en los próximos días, pero tal parece que esto no se ha mantenido en los últimos meses, y la sequía nuevamente está afectado a Israel. El Mar de Galilea es la principal fuente de agua del país.