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Ser llenos de misericordia

Por: Mendoza Daniel
Ser llenos de misericordia
Fecha: Sábado, 08 de abril del 2017 ID: 201700000247

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Mat 5:7 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Al igual que las otras bienaventuranzas Mateo 5:7 contiene un mensaje doble: para entrar al Reino de los cielos debes buscar la misericordia. Una vez ahí, debes mostrar misericordia a otros.

La idea de mostrar misericordia probablemente sorprendió a la audiencia de Cristo porque tanto los judíos como los romanos tendían a no ser misericordiosos. Los romanos exaltaban la justicia, el valor, la disciplina y el poder. Para ellos la misericordia era una señal de debilidad. Por ejemplo, si un padre romano quería que su hijo recién nacido viviera, simplemente ponía su pulgar hacia arriba, si él quería que muriera, ponía su pulgar hacia abajo.

Jesús repetidamente reprendió a los líderes judíos religiosos por sus actitudes egoístas, moralistas y condenatorias. Eran intolerantes con cualquiera que fallara a vivir por sus tradiciones. Incluso negaban ayuda financiera a sus propios padres necesitados (Mat 15:3-9)

Como la gente en el tiempo de Jesús, mucha gente hoy en día carece de misericordia. Algunos son abiertamente crueles y groseros, pero la mayoría están consumidos con sus propias búsquedas de satisfacción que simplemente descuidan a otros.

Los cristianos, por otro lado, deberían caracterizarse por la misericordia. De hecho Santiago usó la misericordia para ilustrar la fe verdadera: “Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:14-17) También dijo: “Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” (3:17)

Como alguien que ha recibido la misericordia de Dios, deja que la misericordia sea el sello de tu vida.

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

San Juan 8:34-36 (RVR 1960)

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Palabras Claves: John MacArthur Devocionales

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