El norte del Perú ha sufrido una de las peores inundaciones que se han visto en décadas. Miles de personas han perdido sus casas y todas sus posesiones. Los templos quedaron destruidos por las crecidas aguas que inundaron el lugar.
Pero pese a las numerosas necesidades materiales, los habitantes de una de las zonas más afectadas hicieron una petición muy espiritual y específica al arzobispo de Piura y Tumbes, monseñor José Antonio Eguren, cuando visitó este lugar.
Una nota de prensa del arzobispado informa que un grupo de damnificados del caserío Pedregral Chico en el Bajo Piura se aceró al obispo el pasado 21 de abril y le solicitó que les ayudase a conseguir biblias pues las que tenían desaparecieron a causa de la inundación.
“Contaron que la Palabra de Dios es esencial para ellos”, dice monseñor. Eguren se comprometió a conseguir las biblias y les aseguró a los damnificados que “el amor de Dios no los abandona ni se olvida de ellos” y que tampoco lo harán él ni sus demás hermanos en la fe.
El arzobispo, acompañado de distintas autoridades de Cáritas y voluntarios llevó 3 toneladas de víveres para las casi 300 familias de esta zona, que fueron muy afectados por el desborde del Río Piura el lunes 27 de marzo y el 1 de abril.
“Son personas de profunda fe y a pesar de todo lo que han sufrido no han perdido la esperanza ni los deseos de salir adelante, ya que están seguros que con la ayuda del amor del Señor, sus ganas de trabajar, y nuestra ayuda podrán volver a ver a su pueblo mejor que antes”, concluye la nota.
Inundaciones más pobreza
Luego de las inundaciones registradas en Perú, la Cámara de Comercio de Lima estimó que 721 mil personas podrían quedar bajo la línea de la pobreza.
Se trata de habitantes de las regiones de La Libertad, Piura, Lambayeque, Tumbes y Áncash, las más afectadas por el fenómeno conocido como el niño costero.
Las autoridades indicaron que más de 21 mil casas colapsaron y otras 20 mil quedaron inhabitables. Además, 172 escuelas sufrieron daños de importancia.
Este fenómeno climático comenzó en diciembre y continúa afectando algunas localidades con inundaciones, granizos, lluvias, tormentas eléctricas, nevazones y aluviones.
El Gobierno peruano, en tanto, estimó los daños en 10 mil millones de dólares y anunció que su crecimiento se verá afectado durante los próximos meses debido a la baja productividad de prácticamente todo el litoral del país.