BERLÍN, ALEMANIA.- La idea es construir un espacio que agrade a judíos, islámicos y cristianos. En el corazón de Berlín, capital de Alemania, el House of One comenzará a construirse a principios de 2019, quedando listo dos años después.
“Usted ha visto rabinos, imanes y padres juntos en una foto, pero nunca los vio compartiendo una casa o construyendo una casa”, afirmó el imán Osman Örs, uno de los líderes del proyecto.
Según él, uno de los principales desafíos es “mostrar la diversidad de nuestras tradiciones”.
“Necesitamos dialogar no sólo con personas de otra fe, sino también con personas de nuestra propia fe”, dice, admitiendo que la idea ciertamente no agradará a todos. El proyecto es gestionado conjuntamente por la Congregación Protestante de St. Petri-St. Marien, la Comunidad Judía de Berlín y el Foro Diálogo, una entidad musulmana. Desde 2011, líderes de las tres religiones monoteístas se reúnen para discutir un posible templo en la Petriplatz, en una isla en el río Spree.
El lugar fue elegido por su simbolismo. Allí vivió el primer habitante de Berlín conocido, pastor de la iglesia Petrikirche.
Su nombre se menciona en el documento de 1237, el año de fundación de Berlín.
El proyecto del templo, que ya está concluido, ha tratado de respetar las tradiciones de los grupos religiosos. Por la tradición, mezquitas y sinagogas deben estar orientadas hacia el este. El salón para reuniones islámicas necesita ser cuadrado, mientras que el espacio judío necesita pie derecho para recibir las cabañas de la Fiesta de los Tabernáculos.
Como explica el imán Örs, el lugar visto como el más importante será el atrio central, que enlazará los espacios de cada religión. “Es un lugar de encuentro donde podemos dialogar, también con personas de otras religiones e incluso ateos. “Necesitamos tener un puente con los seculares”, asegura.
Para una de las orientadoras del grupo, Corina Martinas, la idea es “mantener vivo el espíritu del local” desde antes de la construcción comenzar. Ella, que es cristiana, ya trabajó en Jerusalén, y afirma haber quedado “fascinada por la convivencia de esas tres religiones en un espacio tan pequeño”.
La idea no es intentar apagar las tradiciones, sino mezclar varias de ellas como una “religión mundial única”. La situación de intolerancia religiosa, creciente en Alemania, también sería un impulsor para el templo, pues abogaría una supuesta convivencia armónica.
Desde enero, un pabellón de madera ha sido erigido sobre el terreno. Allí se hacen diferentes actividades. Una de ellas reúne fieles y no fieles para una hora de meditación, todas las semanas.
La House of One tiene un coste total de € 43 millones de euros. Hasta ahora ya se ha levantado 3,4 millones de euros de los gobiernos locales y federales. Los donantes pueden ayudar con la oferta mínima para un ladrillo, a 10 € (cada uno). Más de 2.500 personas, de 25 países, están participando. La mayoría (72%) procede de Alemania. De Brasil fueron nueve donaciones, totalizando 32 ladrillos. El total recaudado llega a 8,6 millones de euros.
[ Fuente: Folha ]