PORTUGAL.- Después de haber sido prohibido en Rusia, la secta de los Testigos de Jehová también puede llegar a su fin en Portugal. Un ex miembro de la Asociación de Testigos de Jehová, nombre que usan en el país, remitió una petición a la Asamblea de la República y a la Comisión de Libertad Religiosa, instando a los parlamentarios a aprobar la “inmediata extinción” de la Asociación de los Testigos de Jehová (ATJ) y la “cancelación inmediata de su asiento en el registro de personas colectivas religiosas”.
De acuerdo con las reglas del Congreso portugués, la petición necesita al menos cuatro mil firmas que se debatirán en el pleno. El autor del documento, que sigue buscando apoyo es Ricardo Pimentel, que llegó a ser líder dentro de la estructura de la secta.
Además de usar la Constitución de Portugal, que cita varios documentos internacionales sobre derechos humanos. En su petición, afirma que no pretende imponer una censura a la “expresión de la fe y del culto de los individuos”. Al mismo tiempo, argumenta que las prácticas de ese grupo religioso necesitan ser investigadas por la Comisión de la Libertad Religiosa.
Sugiere que se escuchen a las “víctimas”, como él llama a los “miembros y ex miembros que han incumplido sus derechos constitucionales”. Según Pimentel, esas personas son “oprimidas” y “coaccionadas” a través de prácticas discriminatorias dentro de la secta seudo cristiana.
Entrevistado por el Diario de Noticias, Pimentel explica quefue testigo de Jehová durante 40 años y llegó a ocupar el cargo de anciano, responsable por los cultos realizados en el “Salón del Reino”, como le llaman a sus templos.
El autor de la acción aboga para que el gobierno cancele el registro de la ATJ “por vía judicial”, “sin perjuicio de la libertad individual de religión y de culto y de reunión constitucionalmente garantizada a los adherentes de esta comunidad religiosa”.
Pimentel explica que la convicción de los que firmaron la petición es que “el Estado falló en su deber de fiscalización” cuando ignoró el artículo 39 de la Constitución, pues la ATJ “viola derechos y libertades fundamentales constitucionalmente protegidas”.
Él argumenta que existe “una institucionalización del odio” a todos los que abandonan el grupo. “Predicen el odio a la persona que salió. Queremos que este tipo de discriminación pare, justificó, dando ejemplos de lazos familiares y de amistad rotos siempre en medio de la agresividad. “En mi caso fue mi propia esposa que me entregó. Es el poder del adoctrinamiento, que lleva a que padres entreguen hijos, hijos y padres, maridos y mujeres. Es contra esto que la petición se manifiesta”, concluyó.
Los Testigos de Jehová no son considerados cristianos porque niegan la idea de la trinidad – Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo – y poseen una visión exclusivista de salvación, afirmando que todos los que no suscriben a su teología están condenados al infierno.
[ Fuente: Daily News ]