EE.UU.- El huracán Florence tocó el suelo este viernes (14). Con vientos de hasta 150 kilómetros por hora, causó destrucción y el saldo de cinco muertos. Reducido a la condición de “tormenta tropical”, perdió fuerza y muchas personas ya están volviendo a sus casas.
En los últimos días, más de 1,5 millones de habitantes habían evacuado las áreas de mayor riesgo, en los Estados de Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia.
Ahora, cerca de 300.000 casas están sin luz.
Diferentes iglesias de la región, además de misiones evangélicas como la Bolsa del Samaritano y la Operation Blessing, están ofreciendo apoyo físico y espiritual a los afectados.
Franklin Graham, líder de la Bolsa del Samaritano, dice que se enviaron varios camiones con alimentos y herramientas, además de reunir a cientos de voluntarios. Él cree que habrá mucho que hacer en las próximas semanas. En una entrevista en Fox, argumentó que no se debe esperar que el gobierno entre en este tipo de situación.
“La Iglesia necesita orar, pero también ayudar a los necesitados … Dios no está enojado con las personas [alcanzadas] y todo lo que hacemos es para demostrar su amor”, explica.
El ministerio mandó 200 capellanes entrenados para ministrar en situaciones de calamidad. Leo Grabowski, un experimentado pastor, relata que ellos están distribuyendo biblias, orando con las personas y ya hay testimonios de conversión.
Unión de los pastores
“Nuestro foco principal ahora es garantizar que todos los que necesitan puedan recibir los suministros que necesitan – agua, alimentos, linternas – para superar la tormenta”, dijo Jeff Blackburn, pastor de la Iglesia Bautista en Lumberton, Carolina del Norte.
El líder evangélico solía trabajar como electricista. Él ahora está usando esos talentos para ayudar a aquellos que están sin luz en casa. “Nunca pensé que Dios sería capaz de utilizar estas habilidades para que pudiera compartir el Evangelio y hacer discípulos”, explicó a CBN. “Dios ha unido las dos cosas y Él puede usar ese conjunto de habilidades”.
En la ciudad donde vive, el gimnasio de la Escuela de Enseñanza Media de Lumberton está sirviendo como refugio para los que no pudieron volver a sus casas. Allí, cerca de 300 personas esperan hasta que puedan reparar sus residencias.
“Yo agradezco a Dios por estar aquí y orar a Dios. Él nos mantiene seguro a través de la tormenta“, dijo Michael Black, que está alojado en la escuela.
Mike Bowen, pastor de la Iglesia Bautista de East Lumberton, destaca que la tragedia acabó siendo una manera de unir líderes de varias iglesias. Ellos planean distribuir alimentos y suministros para quien lo necesite. El templo de su iglesia funcionará como un “centro de distribución” en los próximos días.
Hay creyentes que ven su fe siendo probada, pero no pierden la confianza. “Dios va a cuidar de mí”, dijo Angela Culler, residente de Lumberton. “Incluso si pierdo todo, Dios lotraerá de vuelta. Él lo hace”.
En la ciudad vecina de Rennert, Sarah Oxendine también se aferra a la fe en ese momento difícil. “Personalmente, todavía tengo miedo de esa tempestad, pero sé cuándo estoy sirviendo a un hombre llamado Jesús y Él nos ayudará a recuperar”, dijo ella.
[ Fuente: CBN News ]