OAXACA, MEXICO. – Un hombre que vive en un pueblo aislado en el Estado de Oaxaca, México, abandonó las tradiciones de su tribu, que adoran a los espíritus y rindió su vida a Cristo. Sin embargo, por causa de ello está sufriendo una gran persecución por parte de su familia y amigos.
Reynaldo cuenta de que él siguió los rituales animistas durante años, pero nunca extendió exactamente por qué tenía que hacer esto. “A menudo, ni siquiera sé por qué estaba siguiendo los rituales
Sólo he dicho que era para ‘no irritar a los espíritus’. Pasé casi toda mi vida haciendo eso, pero me sentí vacío”, dijo, según Christian Aid Mission.
El pueblo de Reynaldo es parte de un pequeño grupo de comunidades indígenas en México que acaban de escuchar por primera vez el Evangelio. Durante los últimos 500 años ellos mantuvieron sus tradiciones en gran parte intactas, viviendo aislados en lugares de difícil acceso.
Los residentes de estas tribus siempre han sido reacios a los intentos de que llegaran los misioneros locales. “Se trata de personas que se resistieron a la influencia occidental hace 500 años. Para llegar a ellos, nos tardamos una media de diez años”, explica el director de Christian Mission, que apoya el trabajo misionero con los indígenas de la región.
“Usted tiene que dar toda su vida en este trabajo, y no ser aceptado por la comunidad. Si esto sucede, se le dará acceso a su tierra y un lugar en la sociedad”, dijo.
Un misionero indígena llamado Mariano trabajó en el pueblo durante 11 años. Después de mucho tiempo, luego se fue a trabajar para un creyente local llamado Peter. Fue el primer convertido de su pueblo y se convirtió en el pastor local. Hoy dirige una pequeña congregación de alrededor de 20 personas predicando el Evangelio.
En el pueblo vive Reynaldo, él, su esposa, sus hijos y sus padres aceptaron a Jesús y fueron bautizados juntos. Además de ellos, hay otros cuatro cristianos en la comunidad.
“Decidí seguir al Señor cualquiera que fuera el costo”, dijo Reynaldo, al comentar las dificultades que ha experimentado, incluyendo la amenaza de ser expulsado del pueblo por haber llevado la “religión del hombre blanco”.
Pero su conversión ha renovado la esperanza de misioneros que quieren ver a todos los pueblos de Oaxaca sean alcanzados con el Evangelio. De hecho, el Estado es considerado el lugar de mayor diversidad étnica en el mundo.
Hay más de 200 idiomas y dialectos que se hablan en ese estado mexicano. Alrededor de la mitad de sus habitantes aún hablan español, una de las razones por las que los misioneros tenían tantos problemas, ya que pasaron años estudiando dialectos, que varían en cada aldea.
El mayor reto de estos lugares es romper las tradiciones tribales. Por otra parte, en algunas partes de México, donde el 80% de la población es católica, los evangélicos sufren una intensa persecución.
En los últimos años se multiplicaron los casos de los evangélicos que estaban siendo forzados a convertirse al catolicismo. En muchos casos, cuando se negaron fueron golpeados, detenidos, expulsados ??de su casa o sancionados de alguna otra manera. El Gobierno de México habla poco de ello, aunque su constitución garantiza la libertad de culto ha publicado Gospel Herald.