ASIA.- Desconocidos hasta 1992, el pueblo Yef vive en una isla en el sur de Asia en cinco aldeas separadas por terrenos accidentados. Sus hombres eran caracterizados por ser cazadores de animales, pero también por ser crueles asesinos, miembros de otras aldeas.
El cambio ocurrió cuando el Evangelio fue predicado por primera vez en el pueblo Yef en 1994 a través de misioneros. “Antes, no confiábamos en Jesús. Seguíamos los espíritus malignos”, cuenta Matías, un anciano de la aldea.
“Seguíamos los espíritus, adorábamos a los árboles y la gran montaña y matábamos a los hombres de otras aldeas”.
“Cuando hombres de otras aldeas venían aquí, la gente cogía un arco y una flecha y los arrojaba en ellos, porque el espíritu maligno nos estaba controlando. La gente no pensaba: ‘ese es mi amigo’. La gente simplemente cogía el arco para disparar y matarlos”, revela.
Hoy en día, la relación entre las aldeas es amigable. Aunque la aldea más cercana está a dos días de distancia, caminando a pie, la gente camina atravesando la selva todo el tiempo.
Sion, que tenía 15 años cuando el Evangelio fue predicado por primera vez en este pueblo, recuerda que los conflictos son parte de la rutina de las personas de Yef.
“Los espíritus malignos usaban a las personas de Yef antes de que el Evangelio llegase aquí”, dijo, ahora con 38 años, estudiando para convertirse en el primer pastor ordenado de Yef.
Ahora, en vez de buscar ver sangre en otras aldeas, el pueblo Yef viaja para compartir historias bíblicas a través de dispositivos en MP3, recibidos por misioneros de la organización The Seed Company tradujeron las Escrituras a la lengua local.
El proyecto de traducción llamado OneStory tardó cuatro años en completarse. El misionero Chase Reynolds, que inició OneStory con Sion y otros dos traductores en 2012, vio las historias bíblicas que tenían un impacto inmediato en las personas de Yef y en otras aldeas.
Se acuerda de las palabras de un hombre cuando escuchó las historias de primera: “Mi corazón estaba tan oscuro, y estas palabras son como la luz en mi corazón”.
Con la traducción de esas historias y de la película Jesús, además del camino para el pastorado usado por Sion, la aldea tiene mucho que madurar en la jornada de la fe cristiana.
“Mi esperanza es que las iglesias en el área de Yef se basen en el Evangelio y puedan ministrar a sus propios pueblos en su propia lengua”, dijo Chase. “Espero que las iglesias crezcan hasta la madurez y puedan ministrarse a sí mismas”.