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Un Nuevo Corazón

Por: Mendoza Daniel
Un Nuevo Corazón
Fecha: Jueves, 09 de marzo del 2017 ID: 201700000139

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De acuerdo con las Escrituras, el centro de la persona es el corazón. En nuestro estado natural “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso” (Jer. 17:9). Es engañoso porque nació así y ha sido condicionado desde el momento del nacimiento por el engaño de un mundo caído, y no por la verdad de la Palabra de Dios. De acuerdo con Proverbios 4:23, el corazón es el “manantial de donde mana la vida” en el cual la maldad no debe echar raíces.

Por ejemplo, esa es la razón por la que debemos perdonar desde el corazón y no permitir que una raíz de amargura se origine, por la cual muchos puedan ser contaminados (Hebreos 12:15). No va a encontrar un pasaje similar en el Nuevo Testamento que describa al corazón de los creyentes de la misma manera como lo hizo Jeremías, porque nos ha sido dado un espíritu nuevo y un corazón nuevo (Ezequiel 11:19; 36:26).

El creyente es descrito como una nueva creación con una nueva vida que tiene nuevos deseos y un nuevo rumbo. La disposición del corazón de un verdadero creyente está orientada hacia Dios. Aunque todavía pecamos, este pecado se relaciona con un nivel más en la superficie de nuestro ser. La carne va a actuar contrario a la persona real del nuevo corazón. A pesar de que todavía podemos elegir vivir según la carne, hacer esto no cambia la naturaleza real del corazón ni nuestra identidad en Cristo.

H. Wheeler Robinson contó 822 usos de la palabra corazón refiriéndose a algún aspecto de la personalidad humana. De acuerdo con su clasificación, 204 de los pasajes estaban relacionados con la mente, 195 con la voluntad, y 166 con la emociones. Piense en el corazón como el centro de nuestro verdadero ser en lugar de la sede de nuestras emociones. Cuando la verdad entra en el corazón, inmediatamente impacta el afecto y acciona la voluntad.

Intelectualmente podemos reconocer la verdad de tal manera que nunca toque nuestro corazón. La escuela quiere ampliar la mente, pero Dios quiere agrandar el corazón. Usted puede saber sobre teología y ser arrogante, pero ¡no se puede conocer a Dios y ser arrogante! El conocimiento envanece, mas el amor edifica (1 Cor. 8:1). Tener el conocimiento como meta es un problema muy grande en la educación cristiana. Se distorsiona el propósito para el cual fue diseñado. “Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida” (1 Tim. 1:5).

 Por Neil Anderson

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Salmos 119:105 (RVR 1960)

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

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