Salmo 119:105 Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Un temor sano de Dios hará mucho para detenernos del pecado. Cuando tenemos un temor apropiado del Señor vivo, vivimos una vida más limpia.
Cualquier persona nacida de nuevo que peca voluntariamente ha bloqueado momentáneamente su temor a Dios. Tú y yo podemos hacer eso.
Cuando nos involucramos activamente en el pecado, conscientemente ponemos a un lado lo que sabemos que es la verdad de Dios. Suprimimos el conocimiento de Él en nuestros corazones y mentes. Nos mentimos a nosotros mismos al decir: “me saldré con la mía, a Dios no le importará tanto”
Debo decir que este temor saludable del Todopoderoso se ha perdido en nuestra época. Y cuando está ausente, pensamos que podemos hacer lo que queramos.
Puedes vivir como quieras si sabes que nadie te verá. Pero si dentro de ti, muy profundo, sabes que hay un Dios santo y vivo que no te dejará que te salgas con la tuya, evitarás el pecado a toda costa.
Por Charles Swindoll