En 2020, la viróloga china Li-Meng Yan se dio a conocer en todo el mundo luego de denunciar al gobierno chino y a la Organización Mundial de la Salud.
Las denuncias fueron por encubrir información sobre el SARS-CoV-2 y revelar que el virus fue desarrollado intencionalmente en laboratorio, informa Charisma News.
La Dr. Yan, quien tiene un título en inmunología y virología de la Universidad de Hong Kong, dijo que estuvo directamente involucrada en la investigación del Covid-19 junto con el Instituto de Virología de Wuhan, donde se rumorea que se fabricó el virus.
Al descubrir que el virus era transmisible de persona a persona, la investigadora dice que trató de alertar a sus superiores en diciembre de 2019.
Yan reveló que el gobierno chino y la OMS sabían sobre los riesgos del virus, pero su investigación fue silenciada, lo que la obligó a huir de Hong Kong en abril de 2020.
“Vine a Estados Unidos no solo por mi propia protección personal, sino para contarle al mundo la verdad sobre el virus por mi cuenta”, dijo la viróloga.
En medio de la vorágine de sus denuncias, amenazas y acusaciones de desinformación, Yan tuvo un encuentro con Jesús luego de dar una charla en una iglesia en Hawái.
Después de terminar el discurso, la iglesia le cantó el pasaje de Números 6:24-26, que dice: “El Señor te bendiga y te guarde; el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia; el Señor vuelva su rostro hacia ti y te conceda la paz”.
Mientras la gente cantaba y proclamaba la bendición de Dios, ella comenzó a llorar. Sin el conocimiento de la iglesia, esta fue una respuesta a la oración de su abuela antes de que ella naciera.
Uno de los primeros recuerdos de Yan es la pequeña y gruesa Biblia china, siempre presente en el hogar familiar, así como la manera amable y comprensiva de su abuela.
Debido a la persecución de los cristianos en China, no se habló de la fe. Pero mientras la iglesia cantaba la bendición, los recuerdos volvieron y su rostro se llenó de lágrimas.
“Estaba tan conmovida”, dice ella. “Sentí tanto el poder de Dios y el amor de Jesús que me mostró mi abuela desde pequeña que al día siguiente confesé al Señor Jesucristo como mi Señor y Salvador y me bauticé. Mi vida cambió».
Aunque China está totalmente controlada por la ideología comunista, que oficialmente promueve el ateísmo estatal, Yan es el fruto de las semillas sembradas por misioneros en el pasado.
“En medio del momento más difícil, Dios usó todo esto para responder la oración de mi abuela y llevarme a Jesús. Mi fe en Cristo me ha dado una nueva perspectiva mientras trabajo para difundir la verdad de lo que China ha hecho y sigue haciendo», reveló.
Yan actualmente está trabajando en un libro sobre su experiencia y está disponible para hablar en iglesias, escuelas y eventos en los Estados Unidos. Ella también está trabajando para retomar su trabajo científico. Esta vez con la esperanza y la visión de usar sus dones para la gloria de Dios.
*Noticia extraída de Noticiacristiana.com