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Will Graham escribe carta al Papa Francisco: “Los ateos no van al cielo”

Por: Mendoza Daniel
Will Graham escribe carta al Papa Francisco: “Los ateos no van al cielo”
Fecha: Sábado, 19 de mayo del 2018 ID: 201700001963

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Querido Señor Bergoglio, muchos evangélicos y no pocos católicos se han quedado desconcertados ante su reciente afirmación tocante a la esperanza futura para los ateos. Me imagino que estará al tanto del efecto que sus palabras han tenido sobre la cristiandad.

Aquí están las palabras que tengo en mente, grabadas por el teólogo protestante Leonardo di Chirico: “Dios tiene el corazón de padre. Tu padre era un buen hombre.

Está en el cielo con Él, seguro. Dios tiene el corazón de padre. ¿Acaso Dios abandonaría a un padre no creyente que bautiza a sus niños? Dios seguramente estaba muy orgulloso de tu padre porque es más fácil ser creyente y bautizar a tus hijos que ser no creyente y bautizar a tus hijos. Ora a tu padre, habla con tu padre. Esa es la respuesta”.

Aunque podemos simpatizar hasta cierto punto con la sensibilidad pastoral involucrada en compartir acerca del destino eterno de los incrédulos, ¿no espera Dios que hablemos y enseñemos en base a la Sagrada Escritura?

El amor dice la verdad. ¿Cuántas veces Cristo, el amor de Dios encarnado, advirtió a los demás acerca del peligro del castigo venidero? El llamamiento universal al arrepentimiento y a la fe que surge del mensaje del evangelio que nos asegura que la única salvación posible para la raza caída de Adán se halla únicamente en Jesucristo.

El que no está casado con el Hijo de Dios por medio del anillo de la fe, está bajo la ira de Dios. Sin fe vital, no hay esperanza. Hay varias carencias teológicas en la respuesta que usted dio al hijo del ateo:

1.-“Dios tiene el corazón de padre” Sí, es así. Dios tiene el corazón de padre. No obstante, la paternidad de Dios no es mediada exclusivamente a través de la redención consumada en Cristo Jesús. Fuera de Cristo, no somos hijos de Dios sino adversarios de Dios. El corazón paternal de Dios se nos regala en Cristo. Dios es nuestro padre en un sentido indirecto, a saber, es el padre de todos aquellos que pertenecen a su amado y unigénito Hijo, Jesucristo. En Cristo –y solamente en Él- podemos llegar a experimentar y disfrutar de la paternidad divina.

2.- “Tu padre era un buen hombre”. No hay tal cosa como un buen hombre. De allí la necesidad del evangelio. El único buen hombre dio su vida en el Monte Calvario hace dos mil años. Y es únicamente por la virtud de aquel buen hombre que podemos ser justificados delante de Dios. Dios no ha salvado ni una sola persona buena a lo largo de la historia. Las únicas personas que van al cielo son personas malvadas y perversas (como yo), unidas a Cristo por el vínculo de la fe. Dar a entender que el cielo es para las supuestas buenas personas es sumamente deshonesto e irresponsable. De hecho, se trata de escupir en la cara del Cristo crucificado.

3.-“Está en el cielo con Él, seguro”. ¿A qué autoridad apela usted para hacer semejante aseveración? ¿Cuál libro de la Biblia dice algo parecido? ¿Cuál capítulo? ¿Cuál versículo? ¿Cuál profeta? ¿Cuál apóstol?

4.-“¿Acaso Dios abandonaría a un padre no creyente que bautiza a sus niños?” ¿Qué quiere decir con el verbo ‘abandonar’? ¿Está implicando que la presencia especial de Dios está con aquéllos que no están en Cristo? En las Escrituras, la presencia salvadora de Dios anda con aquellos que están en el amado Hijo de Dios. La presencia del Padre no está con nosotros porque bautizamos (o porque no bautizamos) a nuestros hijos, sino porque la obra salvadora de Emanuel ha sido aplicada a nuestro corazón por el poder del Espíritu Santo. Seamos sinceros: no es que Dios abandonase al ateo sino que el ateo abandonó a Dios.

5.-“Dios seguramente estaba muy orgulloso de tu padre” De nuevo, le pregunto: ¿a qué autoridad apela para hacer semejante aseveración? Dios se deleitó en la obra de un hombre: Cristo Jesús. El alma del Altísimo tiene contentamiento en su impecable Hijo. Nosotros, como descendientes caídos de Adán, no podemos conocer la sonrisa del Padre a no ser que pertenezcamos al Señor Jesús por la fe. En Cristo, Dios tiene complacencia en nosotros. Ahora bien, esta complacencia no se debe a nada que haya en nosotros, sino a la aplicación de la perfecta justicia de Cristo a nuestra cuenta, la cual nos es imputada por la sola fe.

6.-“Es más fácil ser creyente y bautizar a tus hijos que ser no creyente y bautizar a tus hijos” Si la salvación depende de bautizar a nuestros hijos, entones, ¿qué pintaba el glorioso Señor Jesús en la cruz? Tal doctrina de salvación por obras anula la cruz de Cristo. No es nada sino la resurrección de la herejía judaizante que prevalecía en Galacia. Querido Francisco, el apóstol Pablo declara una y otra vez en sus cartas que la salvación es por la sola gracia de Dios. Si la salvación es por gracia (la obra de Dios), ya no es por obras humanas. Y si la salvación fuese por obras humanas ya no sería por gracia.

7.-“Ora a tu padre. Habla con tu padre” La Escritura prohíbe que oremos a cualquiera que no sea Dios. Asimismo, la Palabra condena en términos bien fuertes cualquier tipo de comunicación con los espíritus de los muertos. ¿Cómo puede usted cuadrar su consejo pastoral con el contenido de la Palabra de Dios? Conclusión No me sorprende que tantos católicos se sientan atónitos y confundidos ante sus palabras. Sólo espero que usted mismo conozca el verdadero evangelio, a saber, que el bendito Hijo de Dios dio su vida en la cruz y resucitó literalmente al tercer día para perdonar a los pecadores. Solamente por medio de la fe en el Dios-hombre, Cristo Jesús, se puede entrar en el Reino de Dios. La salvación es únicamente por Cristo y en Cristo. ¡Solus Christus! Le ruego que reflexione profundamente sobre lo que le he escrito.

Atentamente, Will Graham

[Fuente: Evangelical Focus ]

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

2 Timoteo 2:24-26 (RVR 1960)

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.

Palabras Claves: Will Graham Papa Francisco Los ateos no van al cielo

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