La iglesia primitiva estaba casada con la pobreza, las prisiones y persecuciones. Hoy en día, la iglesia esta casada con la prosperidad, la personalidad y la popularidad.
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.