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Aunque existen antecedentes históricos, el principal detonador del movimiento pentecostal se dio en la primera década del siglo XX en lo que conocemos hoy como el avivamiento de la Azusa en los Estados Unidos.
A principios del siglo XX, los misioneros pentecostales comenzaron a llegar a América del Sur, principalmente de los Estados Unidos y el movimiento empezó a propagarse rápidamente.
Los pentecostales fueron rápidos para entrenar a los pastores latinoamericanos y nacionalizar sus denominaciones. Tomó forma latinoamericana. Los predicadores pentecostales tienden a sonar y a parecerse más como sus congregantes. En Guatemala, muchos predicadores son mayas, y en Brasil muchos son afrobrasileños.
Decenas de millones de latinoamericanos han abandonado la Iglesia Católica Romana en las últimas décadas y han abrazado el cristianismo PROTESTANTE en su mayoría PENTECOSTAL.
Casi uno de cada cinco latinoamericanos se describe a sí mismo como protestante, la mayoría se autodenominan como pentecostales o pertenecen a una denominación pentecostal.
Los pentecostales comparten muchas creencias con otros protestantes evangélicos, pero ponen más énfasis en los "dones del Espíritu Santo", tales como hablar en lenguas, sanidades y profecía.
Se estima que el pentecostalismo tiene casi 300 millones de seguidores en todo el mundo. En Brasil, por ejemplo, las Asambleas de Dios tienen entre 10 millones y 12 millones de miembros.
Si el pentecostalismo nunca hubiera llegado a América Latina, el paisaje religioso no sería tan vibrante como lo es hoy en día.
El Dr. David López es Doctor en estudios políticos de Flacso Ecuador. Historiador y Magister en Historia de la Universidad Nacional de Colombia. Investigador de las relaciones entre Religión y Política en los países andinos. Pastor y Ministro ordenado del Concilio de las Asambleas de Dios de Colombia. Asesor Académico Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior de Colombia.