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Hay muchas más copias de los manuscritos bíblicos consistentes que las que hay para cualquiera de las obras de los autores clásicos como Platón, Aristóteles y Sócrates.
Los manuscritos más antiguos de los cuales se toma la base para la traducción a todos los idiomas, no son los documentos inspirados, son copias de estos documentos, y es probable que al copiarlos se hayan insertado errores. Pero, hablando textualmente sólo en promedio una milésima parte de la Biblia tiene alguna variación textual en las copias. Esto significa que la Biblia, como un todo, es textualmente pura en un 99.5%. Aún más, hay suficiente abundancia de copias que han sido descubiertas por medio de la arqueología. Así, la Biblia puede ser reconstruida casi con un 100% de exactitud.
Los descubrimientos arqueológicos han verificado la exactitud de las referencias históricas y culturales en la Biblia.
La Biblia fue escrita por personas que presenciaron los eventos que describen; muchos de ellos fueron perseguidos o martirizados, pero por paradójico que sea, nunca cambiaron su historia.
Flavio Josefo, un historiador del primer siglo menciona a Juan el Bautista, Herodes, Santiago, Ananías y a Jesús en sus escritos históricos. Tácito, un historiador romano del primer siglo menciona a Jesús el "Cristo" en sus escritos. Plinio el Joven, gobernador de Bitinia del siglo segundo, mencionó a Cristo en una de sus cartas. Lucian, un escritor retórico griego del segundo siglo, menciona a Jesús en una de sus obras.
La Biblia contiene 66 libros escritos durante más de 1,500 años por 40 escritores diferentes, pero cuenta una "gran historia", la historia del plan de salvación de Dios que conduce hasta Jesucristo.
Las probabilidades matemáticas de que las profecías se puedan cumplir y que efectivamente se cumplieron, encontramos rápidamente que existe un diseño, un propósito y una mano que guió la escritura de la Biblia.
La iglesia primitiva tenía estándares extremadamente altos para que los libros se consideraran auténticos y, por lo tanto, se incluyeran en la Biblia. Un libro tenía que haber sido escrito por un apóstol o alguien en su círculo inmediato, tenía que ajustarse a la fe cristiana básica y tenía que ser de uso generalizado entre muchas iglesias.
Existen miles de testimonios de personajes de la historia que reconocieron el origen divino de las Escrituras. La mayoría de los líderes y pensadores más grandes de la historia han afirmado la verdad y el impacto de la Biblia.