En todas las eras de la historia los cristianos han sido perseguidos. El tiempo del Covid-19 no es la excepción. Lamentablemente, la crisis global ha golpeado fuertemente al cuerpo de Cristo. La cuarentena ha sido sinónimo de rechazo, necesidad y muerte a quienes siguen a Cristo, mucho más que para el resto.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.
Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí.