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Si lo permitimos, los demonios pueden influenciarnos, oprimirnos, obsesionarnos y controlarnos. Por eso el Señor dice que no debemos dar lugar al diablo (Efesios 4:27).
Los demonios salieron de nuestra vida cuando recibimos a Jesús como Señor y Salvador, pero otros se agarraron de un derecho que les dio permiso de quedarse. Al no ser echados fuera, nos influencian, atormentan, obsesionan o controlan. Por eso necesitamos saber qué les da derecho de quedarse y qué puertas abiertas permiten que ellos entren.
Puertas abiertas
1. Ocultismo:
En todos nosotros hay un deseo de tener contacto con el mundo espiritual. Dios puso ese deseo en nosotros para que lo busquemos a Él, pero el enemigo ha aprovechado eso para desviar nuestro corazón hacia lo oculto: idolatría, brujería, hechicería, nueva era, meditación trascendental, consultar a los muertos, adivinación.
2. Sangre derramada de gente inocente:
Hemos aprendido que los que han abortado tienen manifestaciones demoníacas muy fuertes, la razón es que el aborto le abre la puerta a los espíritus de violencia, de muerte, de condenación y de culpabilidad.
Si el derramamiento de sangre le da lugar al diablo, es posible que Satanás esté logrando acceso a nuestra vida por medio de las películas y juegos violentos.
3. Traumas:
Heridas emocionales causadas por los pecados de otros: rechazo, abandono, abusos físicos, verbales y sexuales, burlas, traición (el divorcio y las infidelidades), temores, humillaciones, vergüenzas públicas, discriminación, matoneo, derechos violados.
Si esas heridas no son sanadas se convierten en amargura, resentimiento, mentiras o fortalezas mentales en contra de Dios, de otros y de nosotros. Esto le abre la puerta a los demonios de rechazo, inseguridad, depresión, baja autoestima, soledad, auto-conmiseración, odio, alcoholismo, drogadicción, suicidio, temor, burla, lujuria, violencia o demonios que pueden llevarnos a hacerles a otros lo que nos hicieron a nosotros.
4. Pecados:
De nada sirve echar fuera a los demonios si seguimos pecando. El pecado es la “zanahoria” que sigue atrayendo a los demonios.
5. Votos internos:
Los demonios se agarran de nuestras palabras negativas de enfermedad, de odio, de tristeza, de muerte, de nuestras groserías y de nuestros juicios.
6. Los espíritus religiosos
Cuando una persona recibe a Jesús, muchos demonios se van de manera inmediata, pero otros, por no ser echados fuera, se vuelven espíritus religiosos.
Predicación del 10 Mayo de 2015 en el auditorio de la iglesia El Lugar de Su Presencia - Bogotá - Colombia por el Pastor Andrés Corson.