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Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de mí.
Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.