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Devocional: Una abertura en el techo

Por: Mendoza Daniel
Devocional: Una abertura en el techo
Fecha: Miércoles, 19 de febrero del 2020 ID: 201700003406

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Marcos 2:3-5 Llegaron entonces cuatro hombres que cargaban a un paralítico. Como no podían acercarse a Jesús por causa de la multitud, quitaron parte del techo donde estaba Jesús, hicieron una abertura, y por ahí bajaron la camilla en la que estaba acostado el paralítico. Cuando Jesús vio la fe de ellos, le dijo al paralítico: “Hijo, los pecados te son perdonados”. 

Deben haber tenido mucha fe. Imagina que eres paralítico confinado a tu cama, cuando de pronto se aparecen tus amigos quienes te dicen que Jesús está en el pueblo y que quieren pedirle que te sane. Como no puedes caminar, han decidido a llevarte con tu cama. ¡Menos mal que son cuatro!

Pero el nerviosismo no termina allí. La muchedumbre es tan grande, que ni siquiera pueden entrar a la casa donde se encuentra Jesús. Van a tener que darse por vencidos. Excepto que, de pronto, alguien dice las temidas palabras: “podríamos subir al techo y hacer una abertura…”.

Y allí van, subiendo por la escalera exterior, mientras tú contienes la respiración y esperas que no te dejen caer. Luego quitan las tejas y escarban el barro del techo. De pronto se escuchan gritos: las personas que están debajo se dan cuenta que algo está sucediendo, mientras tus amigos quitan la capa de ramas que había debajo del barro. A través de la abertura cae tierra seca sobre Jesús y las personas a su alrededor. Lentamente, tus amigos comienzan a bajar tu cama, hasta que estás colgando justo frente a Jesús.

Sorprendentemente, Jesús ignora la abertura en el techo, la muchedumbre e incluso tu parálisis, y dice: “Los pecados te son perdonados”. Cada cosa mala que has dicho, pensado o querido es borrada. Y recién entonces Jesús sana tu cuerpo.

Poco tiempo después, lo único que queda de tan maravilloso milagro es la abertura en el techo. No más parálisis: está sanada. No más paciente: Jesús te ha enviado a tu casa, llevando contigo tu cama. No más pecado: Jesús lo ha quitado y cargado sobre sí. Lo único que queda es el cielo abierto que se ve a través del techo… porque para Jesús tú vales mucho más que cualquier techo.

Oración: Gracias, Señor, por amarme tanto. Recuérdame de tu amor cuando el desaliento o el temor me abruman. Amén.

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

Apocalipsis 3:10 (RVR 1960)

Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

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