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El ministerio del Espíritu Santo

Por: Mendoza Daniel
El ministerio del Espíritu Santo
Fecha: Domingo, 20 de agosto del 2017 ID: 201700000905

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1 Juan 4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.

Experimentar el ministerio del Espíritu Santo es evidencia genuina de la fe salvadora.

En Juan 14:26 Jesús describió el Espíritu Santo como “El Ayudador” Una de las formas más importantes en que nos ayuda es asegurándonos que le pertenecemos a Dios. Varias obras del Espíritu Santo, si está presente en nuestras vidas, dan evidencia de la autenticidad de nuestra salvación. En 1 Corintios 12:3 Pablo escribe: “nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo” Si no fuera por la obra convincente del Espíritu Santo, no sabrías quién es Cristo ni podrías confesarlo como Señor y Salvador. Si has experimentado esa obra del Espíritu Santo, esa es evidencia de que eres un verdadero hijo de Dios.

Otro ministerio esencial del Espíritu es el de iluminar la Escritura. 1 Juan 2:27 dice “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros,…la unción misma os enseña todas las cosas” ¿Entiendes la Biblia cuando la lees? ¿Te convence de pecado? ¿Te guía a regocijarte y a alabar a Dios? Si es así, esa es evidencia de la obra de iluminación del Espíritu en tu vida.

¿Anhelas la comunión íntima con Dios? Ese también es el resultado de la obra del Espíritu en tu vida (Gal 4:6) ¿Te sientes atraído a alabar a Dios? La llenura del Espíritu produce alabanza (Efe 5:19) ¿Tu vida manifiesta el fruto del Espíritu (Gal 5:22-23)? ¿Operan en tu vida uno o más dones del Espíritu (1 Cor 12)? Esas también son evidencias de la obra del Espíritu en tu vida.

Todos los ministerios del Espíritu Santo son la forma en que “da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios” (Rom 8:16) Si son manifiestos en tu vida, proporcionan evidencia de que permaneces en Dios y Él en ti (1 Juan 4:13) Deja que la obra del Espíritu Santo en tu vida disipe las sombras de la duda.

Por John MacArthur

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

2 Tesalonicenses 2:3-4 (RVR 1960)

Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.

Palabras Claves: John MacArthur Reflexiones

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