Un hombre desechado por los hombres, poseído por demonios, adicto, loco, un desecho humano, es transformado por el Poder del Amor de Dios. Cristo lo Salvó.
Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová; Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos; nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste.
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.