No es una novedad que Irán y Hezbolá-grupo terrorista libanés financiado por Teherán- tengan cohetes apuntados a Israel y repitan sus amenazas de vez en cuando contribuyendo a un clima de tensión constante en Oriente Medio.
Sin embargo, un informe de inteligencia de EEUU, presentado por el diputado republicano Mike Gallagher ha confirmado las amenazas. Aliado de Trump, Gallagher forma parte del Comité de Servicios Armados del Congreso estadounidense.
Tiene una amplia experiencia en el área de inteligencia, que ha servido durante siete años como marine en Oriente Medio y el Norte de África.
“Los territorios que Irán y Hezbolá controlan en el Líbano y en Siria forman la mayor base militar del mundo en el momento”, explicó el diputado en una entrevista de radio esta semana.
También dijo que no tenían duda de que el mayor peligro en Oriente Medio en los últimos seis años fue el fortalecimiento del eje iraní-ruso. “Esa red de amenazas avanzó en todo el Oriente Medio. En el territorio libanés, Hezbolá ha transformado a cientos de aldeas en fortalezas militares, preparando ‘escudos humanos’ que se convertirán en víctimas si Israel contraataca”, explica.
El político dice no creer que tanto armamento es para fines defensivos. “Ellos poseen 180 mil cohetes y misiles repartidos por todo el Líbano y 70 mil cohetes en Siria, habiendo transformado la región fronteriza con Israel en una base militar. “Son 250 mil cohetes en total, la gran mayoría escondidos en áreas civiles”, denuncia.
Él lamenta que probablemente muchos de esos misiles fueron adquiridos con el dinero dado a Irán como parte del “acuerdo nuclear” firmado por el ex presidente Barack Obama. “Creo que no estamos calculando adecuadamente el costo de ese conflicto. “Creo que los israelíes no enfrentan una amenaza como ésta desde 1973, tal vez sea la mayor de su historia”, insiste. Gallagher cree que el mundo debería mirar lo que ocurre en Siria más allá de la guerra civil.
También hace una petición: “Miremos a las Colinas del Golán, considerando que Hezbolá está tratando de reclamar ese territorio para usarlo como punto de acceso para un futuro ataque contra Israel por tierra”.
Hezbolá afirmó que el derribo de la caza F-16 la semana pasada marcó el inicio de una nueva fase estratégica que impediría nuevos avances israelíes sobre el espacio aéreo sirio. Obviamente la situación allí es compleja, con el gobierno de Assad teniendo control básicamente sólo en la región de Damasco.
Parte del territorio de Siria es controlado por Rusia, y en parte por los iraníes, mientras que Estados Unidos todavía retiene posiciones y los kurdos dominan la región en la frontera con Irak. En medio de todo esto, varios grupos extremistas todavía luchan y el ejército de Turquía ahora está intentando clavar su bandera, invadiendo la región de Afrin.
Este último acontecimiento trajo más tensión a la región, pues está a punto de contraponer a Estados Unidos -que apoya a los kurdos- con las fuerzas de Erdogan, que tratan a todos como sus enemigos. “No podemos permitir que el eje iraní-ruso se transforme en un eje iraní-ruso-turco. “Eso sería un desastre absoluto para nosotros”, subrayó Gallagher.
Él defiende que haya un esfuerzo internacional para impedir que Irán establezca un corredor terrestre que conecte a Teherán con Damasco, pasando por Bagdad. “En este momento ellos luchan para consolidar esa pista por tierra. “Creo que debemos limitar con urgencia todos los avances de Irán y sus aliados en la región”, concluye.
Mucho de lo que el diputado estadounidense está haciendo público ahora ya se discute en Israel desde hace meses. El general Yaakov Amidror, que fue consejero de seguridad nacional del primer ministro Benjamín Netanyahu, habló recientemente que Hezbolá se prepara para una “tercera guerra” del Líbano con Israel. La primera fue en 1982 y la segunda, en 2006, con una duración de 34 días.
Pero las cosas son muy diferentes ahora. El arsenal de Hezbolá, patrocinado por Irán, se ha multiplicado. Ellos dicen tener unos 50.000 soldados, incluyendo reservistas. En septiembre de 2017, un comandante de Hezbolá dijo que había más de 10.000 soldados en el sur de Siria, cerca de la frontera de Israel, listos para luchar.
Los analistas estiman que con el poder de fuego actual, entre 1.500 y 2.000 cohetes serían disparados contra Israel diariamente en una guerra. Un gran contraste con los cerca de 130 a 180 lanzados al día durante la Segunda Guerra del Líbano.
Como la mayoría de esos lugares de lanzamiento son en aldeas de civiles, todas las represalias de Israel dejarían muchas víctimas, contribuyendo a que la opinión mundial quedara en contra del Estado judío, de manera similar a lo ocurrido en la última guerra con Gaza en 2014.
Además, los terroristas libaneses construyeron una gran red de túneles en la región de la frontera, donde pueden ser escondidos misiles y servir como ruta para una invasión del territorio israelí.
[ Fuente: God Reports y Jerusalém Post ]