Filipenses 3:20 Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo.
¿Has pensado si tuviéramos todo lo que nos gustaría tener? No habría espacio en el planeta para tantas cosas. ¿Y con quién se quedaría todo eso cuando muriéramos? Porque cuando morimos, no nos llevamos nada de lo que juntamos mientras estábamos vivos. Ahí está el problema de depositar nuestra confianza en lo que somos o tenemos.
Después de todo, cuando llegamos al final de nuestros días en este mundo, lo único que realmente importa es si confiamos o no en Jesucristo. Confiar en Cristo nos ayuda a vivir mejor, pues sabemos que él está siempre a nuestro lado, tanto en los momentos buenos como en los momentos difíciles por los cuales todos pasamos, y porque, después de pasar por todo eso, estaremos con él en el cielo por la eternidad.
ORACIÓN: Señor Dios y Padre, ayúdame a confiar solamente en Cristo como mi Salvador, para vivir así en la certeza del perdón de mis pecados y de la vida eterna contigo en el cielo. Amén.