2 Ped 1:5 …añadid a vuestra fe virtud, a la virtud conocimiento.
La virtud o excelencia moral no se puede desarrollar en una aspiradora intelectual.
Es algo aterrador darse cuenta la medida a que nuestra cultura minimiza el conocimiento a favor de las emociones. Estos días la gente es más dada a preguntar “¿Cómo me hizo sentir?” en lugar de “¿Es verdadero?” Tristemente la iglesia se ha acomodado a este modelo. Mucha gente va de iglesia en iglesia no para aprender las verdades de la Palabra de Dios, sino para obtener una experiencia emocional.
El enfoque de la discusión teológica también refleja la hostilidad contemporánea al conocimiento. A una medida impactante la verdad ya no es un asunto importante, las preguntas hechas hoy en día son: “¿Dividirá a la iglesia?, ¿ofenderá a la gente?” Preguntar si una posición teológica es bíblicamente correcta se considera una falta de amor y aquellos que adoptan una postura a favor de la verdad histórica cristiana se les catalogan como divisores.
Pero el conocimiento es inseparable de la excelencia moral y del crecimiento cristiano. Debería ser obvio saber que la gente no puede poner en práctica verdades que no conoce, primero debemos entender los principios de la Palabra de Dios antes de que podamos vivirlos. Pedro conocía bien la importancia del conocimiento en el desarrollo de un caminar cristiano estable y la seguridad de la salvación que lo acompaña.
Por lo tanto insistió a sus lectores añadir conocimiento a su excelencia moral o virtud. Gnosis “conocimiento” se refiere a conocer, discernir y entender adecuadamente la verdad. La falta de tal conocimiento hace que los creyentes se conviertan en “niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina" (Efe 4:14) El resultado no lleva al crecimiento espiritual ni al desarrollo de una seguridad estable de salvación.
La Biblia manda una fe como niño (esto implica confiar humildemente) pero no una fe infantil. Pablo exhortó a los corintios: “hermanos, no sean niños en su forma de pensar… sino maduros” (1 Cor 14:20) “Y conoceremos y proseguiremos en conocer a Jehová” alentó Oseas. Cuando hagamos eso “vendrá a nosotros como lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra” (Oseas 6:3) Pido como el apóstol Pablo “que tu amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento” (Fil 1:9)
Por John MacArthur