Lucas 22:42 Padre, si quieres, haz que pase de mí esta copa; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
En nuestro día a día podemos darnos cuenta, e incluso sentir, el dolor que la falta de respeto y la desobediencia de los hijos causan en el corazón de los padres. El dolor y la decepción de ser desobedecidos y no respetados, nos hace pensar sobre el beneficio y la necesidad de una corrección y un merecido castigo.
Como padres debemos recordar que tenemos el deber y la responsabilidad de corregir y educar a nuestros hijos. Y así como un padre amoroso siempre quiere guiar a su hijo por el mejor camino, Dios también quiere guiar nuestra vida hacia la vida eterna.
Jesucristo, hijo de Dios y Salvador nuestro, es el mayor ejemplo de obediencia y de amor al Padre celestial y al prójimo. Nuestro ejemplo de obediencia a Dios y a su santa palapa será el mejor de los testimonios para que también nuestros hijos sean más obedientes a nosotros y a nuestro Padre celestial.
ORACIÓN: Amado Padre celestial, enséñanos el camino a seguir para que jamás nos alejemos de ti, y fortalece nuestra fe para que seamos ejemplo para nuestros hijos. Por Jesucristo te lo pedimos. Amén.