Lucas 21:34 Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida. De otra manera, aquel día caerá de improviso sobre ustedes.
Nunca conocí a Roy, ni a sus hijos Nathan, Elroy y Kelly, y nunca los conoceré… por lo menos no en esta vida.
Es que un sábado por la noche un conductor que había bebido de más, se cruzó una luz roja y chocó al automóvil donde los cuatro viajaban hacia una reunión familiar, matándolos a todos.
Las viudas se presentaron en la televisión sosteniendo fotografías de sus seres queridos, con la esperanza que otras personas piensen dos veces antes de conducir después de ingerir alcohol.
Yo espero lo mismo.
Pero también quisiera dar un paso más. Muy a menudo escuchamos hablar de los derechos individuales, pero nos olvidamos que no somos islas. Las cosas que hacemos realmente afectan a otros… ya sea en forma positiva o negativa.
En ningún lugar encontraremos un mejor ejemplo de esto que en la vida y muerte de Jesús. Jesús vivió para otros; tocó y curó leprosos a los que nadie ni siquiera se acercaba; predicó a las prostitutas y los cobradores de impuestos, que eran lo más bajo de la sociedad de esos tiempos, y terminó dando su vida para que tristes pecadores como usted y yo pudiéramos ser salvados.
Ese mismo Redentor resucitado es quien hoy nos pide que vivamos nuestras vidas para los demás… pensando en los demás… ayudando a los demás… dando testimonio de su amor a los demás. Pero nos pide que lo hagamos no como una obligación, sino porque ellos son nuestros hermanos por los que él también dio su vida.
Es por esto que hoy le animo a que, haga lo que haga, no se olvide del hermano cuya vida usted tocará por y para el Señor.
ORACIÓN: Señor Jesús, acompaña y consuela a quienes lloran la ausencia de seres queridos, y no permitas que sus corazones alberguen rencor. Obra en la mente y corazón de quienes causan tanto dolor para que te conozcan como Señor y Salvador de sus vidas. Enséñanos a ser tus testigos en todo momento. En tu nombre. Amén.
