Juan 16:13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad
No es difícil saber la verdad si ¡Tú eres la verdad y hablar con autoridad es algo natural si eres Dios! El discernimiento es también más fácil si conoces, como Jesús lo hacía, lo que hay en el corazón del hombre (Juan 2:24-25) Aunque no poseemos esos atributos, sí tenemos al Espíritu Santo. Si vamos a continuar con la obra de Jesús, debemos rendirnos al Espíritu Santo y permitirle que nos guíe y controle. Entonces podremos conocer la verdad, hablar con autoridad y discernir el bien y el mal.
Tenemos como guía al Espíritu de Verdad. Cuando Jesús prometió enviar al Espíritu Santo, Él dijo: Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad;…os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. (Juan 16:13-14) Esta promesa tiene una referencia principal a los apóstoles, pero su aplicación se extiende a todos los creyentes llenos del Espíritu (1 Juan 2:20-27) El Espíritu Santo ante todo es el Espíritu de Verdad y Él nos guiará a toda la verdad.
Cuando Jesús oró, pidió: No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. (Juan 17:15, 17) La verdad es lo que nos sostiene ante el enemigo. Juan escribió: …el mundo entero está bajo el maligno. (1 Juan 5:19) Satanás, el cual engaña al mundo entero (Apoc 12:9) La única manera de vencer al padre de mentiras es por revelación, no por investigación o razonamiento. Muchos en la educación superior se apoyan en su propio entendimiento y creen sólo lo que pueden validar por la investigación.
La verdad es la voluntad de Dios dada a conocer a través de Su Palabra. El rol del Espíritu Santo es habilitarnos para entender la Palabra de Dios desde la perspectiva de Dios. Jesús dijo: conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres (Juan 8:32)
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Padre, perdóname por apoyarme en mi propio entendimiento. Lléname con Tu Espíritu y guíame a toda la verdad hoy. En el nombre de Jesús, amén.