Mat 5:6 bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
La comida es el más grande apetito ya que es necesaria para la sobrevivencia. Así que comemos para vivir, pero cuando comenzamos a vivir para comer, la comida ya no nos satisface. En lugar de ello, nos consume y millones de personas se sienten impotentes al controlar su apetito por la comida.
Cuando tu cuerpo se ve privado de los nutrientes necesarios, naturalmente anhelas esos alimentos que te mantienen saludable y mantienen tu sistema inmunológico funcionando. Si comes para satisfacer esos deseos naturales, estarás saludable y libre. Pero cuando volteas a la comida para aliviar la ansiedad o satisfacer tu codicia por los dulces o lo salado, etc. perderás el control y los resultados afectarán negativamente tu salud.
No es coincidencia que Pablo mencionara el mal uso de la comida junto con una advertencia de que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe poniendo atención a espíritus engañadores y doctrinas de demonios (1 Tim 4:1) Una de las evidencias de los últimos tiempos serán aquellos que mandarán abstenerse de alimentos (v3) los cuales están destinados a suplir una necesidad legítima. Todos los desordenes alimenticios con los que he tratado tienen un componente espiritual, sin embargo los consejeros que tratan con la anorexia y bulimia no exponen el problema espiritual. Una esposa de un pastor me escribió esto después de una conferencia:
Querido Neil,
Yo fui bulímica por 11 años, pero ahora puedo estar en casa sola todo un día con la cocina llena de comida y estar en paz. Cuando una tentación o mentira de Satanás aparece en mi mente, la apago rápidamente con la verdad. Solía estar esclavizada a esas mentiras por horas y horas cada día, siempre temiéndole a la comida, ahora me gozo en la libertad que trae la verdad.
El gancho de la tentación es la garantía del diablo de que lo que pensamos que necesitamos y queremos fuera de la voluntad de Dios nos puede satisfacer. No lo creas. Nunca podrás satisfacer los deseos de la carne. Sólo manteniendo las relaciones correctas, viviendo por el poder del Espíritu Santo y experimentando el fruto del Espíritu serás satisfecho.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Padre Dios, protégeme de ceder ante el mundo, la carne y el diablo, mantenme en ti para que pueda dar fruto de justicia, en el nombre de Jesús, amén.