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Devocional: El laboratorio principal

Por: Mendoza Daniel
Devocional: El laboratorio principal
Fecha: Viernes, 24 de mayo del 2019 ID: 201700002792

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Col 3:18-21 esposas, estad sujetas a vuestros maridos… maridos, amad a vuestras mujeres… padres, no exasperéis a vuestros hijos

Dios obra en nuestras vidas principalmente a través de las relaciones. Tu familia es el principal laboratorio para el desarrollo de tu carácter. Este es precisamente el orden de la Escritura: establece tu identidad en Cristo, luego enfócate en vivir quien eres en casa. Observa el orden en Colosenses 3:10-25.

La meta principal de Dios para Sus hijos es que nos conformemos a Su imagen: “revístete del nuevo” (v10) Nuestra identidad ya no está en las relaciones raciales, religiosas, culturales o sociales. No hay distinción… pero Cristo es el todo y en todos (v11), el carácter es el enfoque de desarrollo una vez que la identidad es establecida: vístete de un corazón de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia (v12).

El carácter se desarrolla en el contexto de la vida relacional: soportándonos unos a otros y perdonándonos unos a otros (v13) El amor es el más alto nivel de desarrollo del carácter: sobre todas estas cosas vestíos de amor (v14). El medio por el cual todo esto es llevado a cabo es Cristo en ti: deja que la paz de Cristo gobierne tu corazón. Deja que la palabra de Cristo more en abundancia en ti (v15-16) El lugar principal para el desarrollo del carácter es el hogar: esposas, sujétense a sus maridos, maridos, amen a sus esposas, hijos obedezcan a sus padres, padres, no exasperen a sus hijos (v18-21)

Como padre, no solamente estás moldeando el comportamiento de tu hijo, estás desarrollando su carácter. Educar a un hijo significa discipularlo para que sea como Cristo. No seas un falso en casa, tu cónyuge e hijos ven la realidad. No puedes mostrar perfección, pero puedes mostrar crecimiento.

Por Neil Anderson

ORACIÓN
Señor, ayúdame a ser el cónyuge y padre que Tú quieres que sea al permanecer comprometido a ser un hijo de Dios que crece, en el nombre de Jesús, amén.

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons.

San Juan 17:24 (RVR 1960)

Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Palabras Claves: Neil AndersonReflexionesEl laboratorio principalFamilia

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