Deuteronomio 30:6 El Señor tu Dios circuncidará tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y tengas vida.
Buscar hacer aquello que le agrada a Dios o que es lo correcto, demuestra que somos sus hijos. Y la gran marca de Dios es su inmenso amor que siempre está presente en aquellos que se sienten amados por él.
Ese amor es lo que nos impulsa a llevar adelante su mensaje para que muchos más sean alcanzados por él y también vivan en paz con Dios. La mayor prueba de su amor por nosotros fue haber enviado a su hijo Jesús a vivir, morir y resucitar por nosotros. Gracias a él, podemos vivir seguros de que nuestros pecados son perdonados y que la muerte no es más que un paso a la vida eterna en el cielo junto a él.
ORACIÓN: Gracias, Señor, porque me hiciste tu hijo por medio de Jesucristo, capacitándome de esta manera a hacer aquello que te agrada. Te pido que me des fuerza para seguir tu voluntad en todo momento. Amén.