Isaias 30:18 El Señor espera para tener piedad de vosotros.
A veces Dios demora la respuesta a las oraciones y en los textos sagrados tenemos varios ejemplos de esto. Jacob debió esperar toda la noche por una bendición de parte del Señor, porque Dios "luchó con él hasta al amanecer" (Génesis 32:24) Jesús no respondió de inmediato al ruego de la mujer siriofenicia "que tenía una niña poseída por un espríritu maligno" (Marcos 7:25) " Tres veces Pablo le rogó al Señor que le....quitara ...una espina.... clavada en el cuerpo" (2 Corintios 12:7-8) pero jamás recibió seguridad de que esto sucedería. En cambio recibió esta promesa de parte del Señor: "Te basta con mi gracia" (v 9).
Si has estado golpeando a la puerta de la misericordia de Dios pero no has recibido respuesta, ¿crees que puedo decirte por qué el todopoderoso Creador no abrió la puerta para permitirte entrar? No puedo, porque nuestro Padre tiene razones para dejarnos esperando y él las conoce.
A veces es para demostrar su poder y soberanía, y para que las personas lleguen a saber que Jehová tiene el derecho de dar y de retener. Sin embargo, con mucha frecuencia es para nuestro beneficio. Quizás debiste quedarte esperando para que tus deseos se volvieran más apasionados. Dios sabe que su retardo incrementará tu deseo y si él te hace esperar, verás tus necesidades con mayor claridad, buscarás una respuesta de todo corazón y finalmente, luego de haber esperado por ella, valorarás su misericordia mucho más. También puede ser que haya algún error en tu necesidad, algo que debas quitar antes de recibir. "el gozo del Señor" (Nehemías 8:10).
Quizas tu comprensión del plan del evangelio es confusa o tal vez te apoyaste demasiado en ti mismo en vez de confiar total y plenamente en el Señor Jesús. Por último, quizás Dios desea que esperes un poco para que él pueda mostrar... la incomparable riqueza de su gracia, (Efesios 2:7) más plenamente. Todas tus oraciones se archivan en el cielo y aunque tal vez no reciban respuesta inmediata, no quedan olvidadas porque dentro de poco se cumplirán para tu absoluto deleite y satisfacción. Por lo tanto jamás permitas que el desánimo te haga quedar silencioso, continúa siendo constante y sigue el consejo: ¨Perseveren en la oración¨ (Romanos 12:12)
Por Charles Spurgeon