Salmo 122:1 Yo me alegro cuando me dicen: “Vamos a la casa del Señor”.
Entre los años 1930 y 1940 había una banda musical cuyo líder se identificaba por preguntar a la audiencia desde el escenario: “¿Están todos felices?”
En aquellos años, casi todos en la multitud respondían: “¡Sí!”
Me pregunto si hoy la respuesta sería la misma. ¿Qué cree usted? Si antes de dar comienzo al sermón, el pastor le preguntara a la congregación: “¿Están todos felices?”, ¿cómo le responderían?
El mes pasado, dos universidades publicaron los resultados de un estudio en el que encontraron que las mujeres cristianas son más infelices ahora, ya que los domingos, en lugar de ir a la iglesia, pueden ir de compras.
Según este estudio, esto se debe a que estas señoras no son miembros de grupos religiosos, como lo eran las mujeres de antes.
¿Son correctas las conclusiones y cifras de estas instituciones?
Quizás sí, o quizás no. Aún así, tengo total seguridad que la mayoría de las personas es feliz cuando va a la casa del Señor. Por supuesto que hay excepciones… como el adolescente que estuvo de parranda… o la persona que tuvo que trabajar toda la noche.
Pero la mayoría de las personas están alegres de estar en la presencia del Cristo, quien entregó su vida para que ellos puedan tener vida. La mayoría de la gente que conozco da gracias porque sus pecados son perdonados. La mayoría disfruta el compartir tiempo con otros que creen en el Redentor así como ellos. La mayoría disfruta al llevar sus ofrendas al altar, porque saben que el Espíritu Santo hará uso de ese dinero para lograr mucho bien.
Es por ello que me uno al Salmista, quien dice: “Yo me alegro cuando me dicen: ‘Vamos a la casa del Señor’”.
ORACIÓN: Padre de gracia, hay muchas cosas que pueden separarnos. Para algunos ir de compras en domingo está primero en la lista. Aunque tú no tienes nada en contra de ir de compras… sí tienes problema con las prioridades equivocadas. Por esa razón te pido que nos ayudes a poner nuestras prioridades en orden. En el nombre de Jesús. Amén.
