Juan 17:11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
La cosmovisión cristiana percibe la vida a través de las Escrituras, no a través de la cultura o la experiencia. Y la Escritura claramente enseña que las fuerzas sobrenaturales espirituales están obrando en el mundo natural. Por ejemplo, aproximadamente una cuarta parte de todas las sanidades registradas en el Evangelio de Marcos, fueron en realidad liberaciones de actividad demoniaca. La mujer que Jesús sanó en Lucas 13:11-12 había sido víctima de una enfermedad causada por un espíritu por 18 años.
Mucha gente que he aconsejado llegó con problemas físicos que desaparecieron poco después de que se trató con la influencia demoniaca. Los síntomas más comunes que he visto son dolores de cabeza, mareos, alergias, náuseas y dolor general en todo el cuerpo. La estimación más conservadora de los médicos, es que el 50 por ciento de sus pacientes sufren enfermedades psicosomáticas.
Bíblicamente es razonable esperar que si los problemas personales y espirituales de una persona se resuelven, el cuerpo físico será beneficiado. El estrés es la mayor causa de enfermedades del corazón y el cáncer. La paz de Dios sola puede curar muchas enfermedades.
No estoy diciendo que todos los que están enfermos o con dolencias están siendo atacados por un demonio. Pero estoy convencido de que muchos cristianos luchan con síntomas físicos sin éxito a través de medios naturales cuando la esencia del problema y la solución es espiritual. “El que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Rom 8:11)
El hecho de que Jesús nos dejara en este mundo (Juan 17:11) para luchar contra fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes, (Efe 6:12) es una realidad actual. Fuerzas sobrenaturales están obrando en el Planeta Tierra. Nosotros vivimos en el mundo natural, pero estamos involucrados en una guerra espiritual.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Dios mío, mantenme alerta a los conflictos espirituales que suceden a mi alrededor y que esté preparado para responder con Tu autoridad y poder, en el nombre de Jesús, amén.
