Mat 5:5 Bienaventurados los mansos porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Dios le dijo a Adán y a Eva “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Gen 1:28) Pero su pecado les costó su soberanía y trajo maldición sobre la tierra (Gen 3:17-18)
El apóstol Pablo dijo: “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios” (Rom 8:19-21) Algún día esa maldición será revertida y los hijos de Dios nuevamente heredarán la tierra.
La palabra griega traducida como “heredad” (Mat 5:5) significa recibir una porción asignada. La Tierra es una porción asignada de los creyentes quienes reinarán con el Señor cuando Él venga en Su reino (Apoc 20:6) Esa es una promesa enfática en Mateo 5:5, la cual literalmente dice: benditos son los apacibles, pues sólo ellos heredarán la tierra.
Muchos judíos en los tiempos de Cristo pensaron que el Reino le pertenecía a los fuertes, orgullosos y desafiantes. Pero Jesús dijo que la tierra le pertenece a los apacibles, mansos y humildes. La gente orgullosa y arrogante no califica (Luc 1:46-53) Jesús dijo: “si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mat 18:3)
Como un receptor de las promesas de Dios deberías estar feliz sabiendo que heredarás la tierra y reinarás con Cristo en Su reino terrenal. Aliéntate al saber que aun cuando la gente mala y las naciones ateas parecen prosperar, Dios está en completo control y algún día establecerá Su Reino de justicia en la tierra.
Regocíjate en esa seguridad y busca ser todo lo que Él quiere que seas hasta ese gran día.
Por John MacArthur