Mateo 10:16 Tengan ustedes en cuenta que los estoy enviando como a ovejas en medio de lobos; así que sean prudentes como serpientes y sencillos como palomas.
Caifás es el político máximo. Él ve a Jesús como un riesgo a la jerarquía religiosa, por lo que les dice a sus compañeros conspiradores: «Ustedes no saben nada, ni se dan cuenta de que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca»(Juan 11:49-50).
Es hora de hacer de tripas corazón, de tomar la decisión difícil, de deshacerse de un hombre para salvar a toda la nación. Y así, Caifás desencadena los acontecimientos del sufrimiento y la muerte de Jesús.
Este razonamiento lo escuchamos a menudo, ya sea de políticos, en los negocios, y a veces de nuestros compañeros de trabajo, amigos o familiares. Y nos sentimos tentados. Sabemos que lo que están proponiendo está mal. ¡Pero parece una solución tan fácil! Además, si no lo aceptamos, ¿qué va a pasar con nuestro mundo? ¿Deberíamos unirnos a Caifás y sus verdugos, o arriesgarnos a terminar en una cruz junto a Jesús?
Pero incluso aquí vemos a Dios en acción. Su Espíritu Santo toma las malvadas palabras de Caifás y las convierte en una profecía: "Pero esto no lo dijo por cuenta propia sino que, como aquel año era el sumo sacerdote, profetizó que Jesús moriría por la nación;y no solamente por la nación, sino también para congregar en un solo pueblo a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Juan 11:51-52).
Jesús murió para unirnos nuevamente como hijos de Dios, perdonados y hechos nuevos. Jesús resucitó para que podamos ser liberados del temor y la confianza en la seguridad del amor de Dios por nosotros.
LA ORACIÓN: Señor, danos sabiduría y fortaleza para resistir nuestros propios miedos y las tentadoras sugerencias erróneas de quienes nos rodean. Amén.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN:
¿A quién escuchas decir cosas como Caifás en tu vida? ¿Cómo lidias con su presión sobre ti?
¿Qué haces cuando tienes miedo? ¿te ayuda?